Mucho se ha comentado en los últimos meses sobre la oportunidad que puede representar el nearshoring para el crecimiento económico de México. De hecho, algunos analistas como Alejandro Werner, exfuncionario del Fondo Monetario Internacional, señalan que el nearshoring podría añadir hasta 8 puntos de crecimiento al PIB de México en los próximos siete años. Otros analistas también han sido optimistas y señalan que las exportaciones mexicanas, las cuales representan poco más del 40% del PIB mexicano hoy en día, podrían alcanzar valores superiores al 50% del PIB en el mediano plazo, siempre y cuando el efecto del nearshoring sea fuerte para el país.
Recordemos que el fenómeno del nearshoring refiere al acercamiento del centro de producción (principalmente empresas multinacionales) al consumidor final, el cual comúnmente es el mercado estadounidense. Estas empresas, en su gran mayoría, cuentan con centros de producción ubicados en China, los cuales posiblemente estén evaluando reubicarse a otra zona geográfica y México podría ser una buena opción.
Esta reubicación obedece a factores como:
Existen varias formas para medir el efecto del nearshoring en México. Un indicador podría ser el crecimiento en la demanda de parques industriales y, el otro, la medición de los flujos de inversión extranjera directa (IED) que llegan al país. Ambos indicadores no son instrumentos perfectos para medir los flujos de nearshoring, pero sí arrojan información interesante para estimar la magnitud de estos.
En lo que respecta al indicador de la demanda de parques industriales, la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP) reporta que para antes de 2022 en promedio a nivel nacional la disponibilidad de naves industriales era de entre 6 y 7% aproximadamente, mientras que para 2022 esta cifra bajó a 2%. Actualmente, en el 2023 en algunas zonas de la frontera norte del país la disponibilidad es cercana al 0%. Además, hay alrededor de 50 nuevos parques industriales en México en distintas etapas de construcción. Según la AMPIP, poco más del 40% del crecimiento en la demanda de parques industriales viene por empresas chinas que están llegando a México. Este indicador de parques industriales nos hace pensar que el nearshoring es real y se está presentando con más fuerza en el norte del país.
Por otro lado, si se analiza el indicador de los flujos de IED que han llegado al país, los resultados referentes al nearshoring al día de hoy, no son optimistas. Veamos por qué.
En la Tabla 1 se puede observar que el total de IED que ha recibido el país de enero a septiembre de 2023 es de 32,926 millones de dólares (mdd). Esta cifra es 30% superior a lo recibido en el mismo periodo de 2022[1], así lo reportó la Secretaría de Economía, quien es el órgano del gobierno federal encargado de reportar los datos de IED que llegan al país. Hasta aquí los resultados de IED aparentan ser muy buenos, pero el desencanto de dicho crecimiento viene cuando se descubre lo que sustenta dicho crecimiento.
La Tabla 1 muestra los componentes de la IED total. Para efectos de nearshoring, el rubro de nuevas inversiones es el que más nos debe de importar, debido a que es el más asociado con la llegada de nuevas empresas al país. El crecimiento del 30% en la IED total se debe a que las empresas ya establecidas en México no retornaron sus utilidades a su país de origen, es decir, las reinvirtieron en el país. Esto está muy bien, pero esa reinversión de utilidades no es nearshoring. Esto indica que no están llegando nuevas empresas al país, sino que las ya establecidas han decidido reinvertir sus utilidades, tal vez por cuestiones fiscales o por renovación de maquinaria, expansión, etc.
Para dimensionar lo que ha pasado de enero a septiembre del 2023 en cada uno de los rubros que componen el total de IED, la Tabla 1 muestra un comparativo con el promedio del mismo periodo de 2006 a 2022. Por ejemplo, los resultados indican que el promedio de nuevas inversiones que llegaron al país de enero a septiembre de 2006 a 2022 es de 8,834 mdd, mientras que, en el periodo de enero a septiembre de 2023, esta cifra fue de 2,806 mdd. Es decir, en los primeros 9 meses de 2023 se recibió apenas el 32% de nuevas inversiones de lo recibido históricamente en el mismo periodo. Tristemente, los flujos recibidos hasta septiembre de 2023 no respaldan el optimismo que se ha mostrado por este fenómeno del nearshoring.
En lo que respecta a Nuevo León, se ha mencionado que, al ser un estado altamente manufacturero, así como por el anuncio de la llegada de TESLA a la entidad, las inversiones comenzarían a crecer y sería un excelente receptor de inversiones de nuevas empresas. Veamos a continuación que dicen los números.
La Tabla 2 muestra que han llegado a Nuevo León 2,827 mdd de enero a septiembre de 2023 por concepto de IED total. Esto representa una caída del 2.9% en comparación con lo recibido por el estado en el mismo periodo del 2022.
Asimismo, si se analizan los rubros que componen el total de la IED, se observa que el promedio de nuevas inversiones que se recibieron en el estado en el periodo de enero a septiembre de 2006 a 2022 es de 729 mdd. Sin embargo, en el mismo periodo de enero a septiembre de 2023, esta cantidad es de 95 mdd; es decir, apenas el 13% del promedio recibido históricamente en el mismo periodo.
Adicionalmente, la Tabla 2 muestra que los rubros de utilidades no distribuidas y prestamos entre compañías mostraron un incremento en 2023 si se comparan con el promedio recibido históricamente entre 2006 y 2022. El incremento de estos dos rubros permitió que la caída en el total de IED en 2023 fuera apenas del 2.9% en comparación con el 2022.
Esta caída tan importante en el rubro de nuevas inversiones, tanto en la IED que se recibe a nivel país como la recibida en Nuevo León, puede ser un factor transitorio que no refleja aún el arribo de nuevas inversiones que llegarían al país por concepto de nearshoring. Sin embargo, esta importante caída en el rubro de nuevas inversiones también puede ser una señal de alerta que invita a preguntarnos si, como país, estamos ofreciendo a las empresas lo que necesitan para que vengan a producir.
Debemos tener muy claro que es imperativo que México ofrezca un entorno de certidumbre en factores como el abastecimiento de luz, gas y agua. Hoy en día, no existe una certeza total para el inversionista de que estos recursos están garantizados en todo momento. Por otro lado, faltan mejoras de infraestructura pública. Por mencionar un ejemplo, las exportaciones a nivel país han crecido en gran magnitud en los últimos años, pero la infraestructura pública para transportar dichas mercancías y la infraestructura en los cruces fronterizos no ha cambiado, ocasionando así mucho congestionamiento.
Además, se deben reducir los niveles de inseguridad que existen en el país, los cuales terminan afectando seriamente la operación interna de las empresas y el transporte de mercancías. La inseguridad no debe de ser un impuesto indirecto que paguen las empresas, ya que termina afectando seriamente a su competitividad. Hay que estar conscientes que mientras no se garantice un entorno de certidumbre en los factores antes mencionados, México podría dejar de captar inversiones que bajo otros escenarios hubieran llegado al país.
[1] El crecimiento del 30% se logra al no considerar en los datos del 2022 las inversiones extraordinarias por la fusión de Televisa-Univisión y la restructuración de Aeroméxico.
El autor es profesor de Economía y Finanzas en EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en Alto Nivel.