En agosto pasado, se anunciaron dos cambios muy reveladores con respecto a lo que esperan las empresas de sus directores financieros en los años por venir: Moderna relevó a su CFO (Chief Financial Officer) y McDonald’s cambió algunos de los miembros más importantes de su equipo directivo. El laboratorio farmacéutico declaró que, además de cumplir con los requerimientos de supervisión y entrega de información financiera a los inversionistas, deseaba que el nuevo CFO “fuera capaz de proyectar demanda y ventas en un contexto de incertidumbre por los siguientes años”. Nada más ni nada menos. En tanto, la franquicia de restaurantes busca continuar el clima de “diversidad, equidad, responsabilidad e inclusión” por parte de los directivos, entre ellos su CFO.
El director financiero es una de las posiciones más relevantes en una empresa. Forma parte de la estrategia global de la compañía y del éxito de su desempeño depende en gran parte el rumbo de la compañía. A menudo se dice que es el brazo operativo y correctivo de las políticas del CEO y la junta directiva, al promover el uso racional de recursos.
Pero el CFO es mucho más. Como promotor de la transformación digital y líder del cambio a lo largo del organigrama, el CFO debe mantener la competitividad de la compañía al bajar los tiempos de ejecución de tareas y reducir los costos en todos niveles.
De forma resumida, sus tareas pueden agruparse en 7 áreas:
El CFO ha pasado de ser el profesional que llevaba las cuentas de la compañía a situarse en el epicentro del negocio. Las principales habilidades que necesitará en el futuro son:
El papel de CFO es cada día más estratégico y está en constante cambio. La actualización y el acceso continuo a información y educación son las mejores formas de mantenerse vigente.
El autor es profesor de Finanzas y Economía de EGADE Business School.
Artículo publicado originlamente en el blog 'Hablemos de Bolsa' de la BMV.