Activos intangibles: ¿Inversión o carga financiera?

Las empresas deben entender cómo los activos intangibles pueden generar valor para mejorar su impacto en la rentabilidad financiera

Activos intangibles: ¿Inversión o carga financiera?

En un mundo donde la innovación y el conocimiento impulsan el crecimiento empresarial, los activos intangibles han cobrado una importancia crucial. Más allá de las fábricas y la maquinaria, el verdadero valor de muchas empresas radica en elementos difíciles de medir, pero fundamentales para su éxito: patentes, marcas, talento humano, gestión de investigación, desarrollo e innovación (I+D) y la generación de redes estratégicas, entre otros. Estos activos no solo fortalecen la competitividad, sino que también redefinen la manera en que las empresas crean y sostienen su ventaja en el mercado.

Aunque los activos intangibles representan una fuente clave de diferenciación y crecimiento, paradójicamente, su impacto en la rentabilidad no siempre es positivo. En muchos casos, las empresas registran estos activos en sus estados financieros para cumplir con normativas contables, pero no los gestionan estratégicamente para maximizar su valor. Además, la dificultad para medir y capitalizar ciertos intangibles, como el capital humano, los gastos en innovación o las relaciones comerciales, puede limitar su reconocimiento en los libros contables y distorsionar su verdadero efecto en el desempeño empresarial.

Como sugiere mi reciente artículo Intangible assets and their effects on business performance: an analysis of Colombian companies” (Galician Journal of Economics, 2024), publicado en coautoría con Camilo Anzola, Liliana Ruiz y David Camargo (Universidad Militar Nueva Granada), los activos intangibles no siempre generen altos rendimientos para todas las empresas. Para determinar la relación que existe entre los activos intangibles y el desempeño financiero, en nuestra investigación analizamos los datos financieros de más de 48 mil empresas colombianas en el periodo comprendido entre 2005 y 2015. 

¿Cómo se calcula el valor de los activos intangibles?

Los activos intangibles se dividen en tres: capital humano (competencias, habilidades, cultura corporativa, experiencia, etc.), capital estructural (patentes, derechos de autor, marcas, bases de datos, etc.) el capital relacional (alianzas comerciales, colaboraciones con stakeholders, etc.). Para calcular su valor, existen dos enfoques principales: el valor contable y el valor de mercado. 

Desde una perspectiva contable, los activos intangibles se reflejan en el balance general; sin embargo, la contabilidad suele centrarse en el capital estructural, como patentes, marcas registradas, licencias, derechos, franquicias, derechos de autor, diseños industriales, software y goodwill (fondo de comercio). En contraste, el capital humano o relacional no suele considerarse debido a la dificultad de valorar y capitalizar estos activos. 

Por otro lado, los activos intangibles no reconocidos se calculan con otro enfoque para las empresas que cotizan en bolsa: la diferencia entre el valor de mercado y el valor contable. Es decir, si una empresa tiene un valor de mercado mayor que su valor contable, se considera que posee valores ocultos no reflejados en los libros de contabilidad. No obstante, esto también podría deberse a una sobrevaloración causada por la especulación del mercado, sin que necesariamente implique una adecuada gestión de los activos intangibles. Por tal motivo, el uso de empresas cotizadas para analizar el impacto de los activos intangibles en el desempeño empresarial puede generar sesgos. Aun así, la mayoría de los estudios previos sobre el valor de los activos intangibles se basan en empresas que cotizan en bolsa, ya que su información financiera es más accesible y sigue estándares contables similares. 

Medir los activos intangibles con el valor contable

Nuestro estudio se enfoca en Colombia, donde las investigaciones sobre la relación entre activos intangibles y rentabilidad han sido limitadas. En nuestro estudio, adoptamos el enfoque contable dado que un pequeño número de empresas cotizan en bolsa. Sin embargo, en estos casos, la falta de estandarización en prácticas contables de empresas no cotizadas puede afectar los resultados, por lo cual, buscamos información de empresas que siguieran estándares según la ley contable colombiana.

Utilizando una técnica de datos de panel, encontramos una relación negativa entre los activos intangibles y el desempeño financiero (ROA y ROE) en empresas no cotizadas, tanto en el corto como en el largo plazo. Creemos que esta evidencia está relacionada con el hecho de que las empresas colombianas, en especial aquellas que no cotizan en bolsa, registran los activos intangibles en sus libros porque están obligadas a hacerlo por normativas contables. Sin embargo, en algunos casos, emplean prácticas contables deficientes para valorar estos activos y no generan estrategias de explotación alrededor relacionadas con dichos activos.

Aunque las normas contables exigen que los activos intangibles sean registrados únicamente cuando se espera que generen rentabilidad, al parecer las empresas colombianas no los aprovechan para obtener resultados financieros positivos. Es importante entender que este tipo de activos no crean valor por sí solos, sino que deben combinarse con otros factores productivos y una estrategia para su explotación. Si solo se utilizan con fines contables, pueden afectar negativamente al desempeño de la empresa. Una posible explicación de nuestros resultados es que, en las empresas colombianas este tipo de activos están capitalizados, pero no explotados estratégicamente para generar beneficios.

Altos costos y escasos beneficios

Otro problema de los activos intangibles es que generan costos adicionales que pueden ser significativos a corto y mediano plazo. Solo se pudo evidenciar su beneficio en la razón EBITDA, y solo en un período específico. Al no utilizar empresas que cotizan en bolsa en la base de datos, pudimos evidenciar que para empresas pequeñas con restricciones financieras y operativas los activos intangibles no generaban ganancias o, al menos, ninguna que pudiera rastrearse en los libros contables. 

Por otro lado, el mercado colombiano puede no estar aprovechando ampliamente los activos intangibles, considerando su baja posición en los índices internacionales de innovación y la escasa inversión que las empresas colombianas han destinado a la creación de estos activos. Por lo tanto, incluso cuando una empresa desarrolla y registra estos activos, la probabilidad de que los explote para generar rentabilidad es baja. Sin embargo, éstos generan costos adicionales que muchas compañías no pueden recuperar, lo que sugiere que deberían centrarse en utilizarlos estratégicamente para crear valor para los accionistas o generar beneficios.

Los activos intangibles no son perjudiciales por sí mismos, sin embargo, las empresas deben entender cómo pueden generar valor, pasando del mero registro contable a la creación de valor real. Por ello, los gobiernos de muchos países en desarrollo en lugar de enfocarse en políticas para fomentar la creación de activos intangibles –como patentes y marcas registradas— que no siempre crean rentabilidad, deberían priorizar políticas dirigidas a su explotación efectiva por medio de una estrategia empresarial.


El autor es profesor del Departamento de Finanzas y Economía de Negocios de EGADE Business School.

Articles of Finanzas + Innovación
Ir a investigación
EGADE Ideas
in your inbox