Otro tiempo perdido

Artículo publicado en la columna Glosas Marginales de Reforma

José Antonio Ocampo es un profesor de la Universidad de Columbia, que fue Ministro de Finanzas de Colombia. Publicó hace poco en Project Syndicate un artículo deprimente desde su título: Latin America's New Lost Decade. En resumen, dice: en el proceso de salida de la pandemia, América Latina será la región en desarrollo con el peor desempeño económico. Como el quinquenio anterior al año del Covid-19 no fue precisamente estelar, y dado: a) que el '20 fue desastroso; b) que el rebote del '21 fue limitado; y, c) que las perspectivas para '22 y '23 son apenas moderadas, Ocampo se atreve a conjeturar que la tasa de crecimiento promedio anual del PIB, en la década 2014-2023, será sólo 0.7%. Dicha cifra ominosa sería la mitad de la registrada en la "década perdida" de los ochenta.

Las razones aducidas por Ocampo para sustentar su pesimismo no son originales. En breve, consisten en lo consabido: malas políticas económicas y un marco institucional poco propicio al crecimiento.

En fechas recientes, algunas noticias avalan el fatalismo del profesor. Veamos.

1.- El 30 de junio de 2022, el Fondo Monetario Internacional (FMI) cerrará su oficina en Brasil. A juzgar por lo que he leído, ello será consecuencia del disgusto del Gobierno brasileño con los pronósticos del FMI sobre la economía del país. En palabras del Ministro de Finanzas, Pablo Guedes: "Hace mucho que no los necesitamos aquí. Se quedaron porque les gusta la feijoada, el futbol, la buena conversación y, de vez en cuando, criticar y hacer malas predicciones". Guedes agregó: "Les dijimos que se fueran a pronosticar a otra parte".

Específicamente, Guedes argumenta que el FMI sobrestimó la caída del PIB brasileño en el '20, y que ha subestimado el rebote en el '21. De hecho, en octubre del '20, el FMI pronosticó que el PIB real de Brasil caería 5.8% en el primer año aludido, y que aumentaría 2.8% en el segundo (World Economic Outlook). Y, como era de esperarse, el FMI se equivocó: en el '20, de acuerdo con la Cepal, el PIB cayó 3.9% (lo que implicó una contracción de 4.6% en el PIB por persona). En lo que toca al '21, considerando las cifras del índice de la actividad económica (desestacionalizadas, a octubre), elaborado y publicado por el banco central, lo más probable es que el PIB haya crecido quizá 5%. Así pues, aun suponiendo el "rebote" citado, el PIB de Brasil durante el año pasado apenas habrá excedido al observado en el '19.

Por añadidura, los datos más actuales indican un estancamiento de la producción y, lo más destacado, un repunte abrupto de la inflación. Esta desafortunada combinación no ha sido causada por las fallas de predicción del FMI, y no se solucionará con la expulsión de sus funcionarios. El Ministro Guedes tiene en sus manos un problema bastante más grave que las fallas de los oráculos externos.

2.- Usando también las cifras de la Cepal, resulta que el PIB de México se redujo 8.2% en el '20 (-9.1% en términos per cápita). En consecuencia, si aceptamos la noción de moda de que el crecimiento fue 5.5% en el '21, su nivel estuvo todavía 3% por debajo de su tamaño en el '19. A ello hay que agregar que los indicadores más recientes (IGAE, octubre) implican una disminución de la actividad económica. Al mismo tiempo, se ha registrado un ascenso extraordinario de la inflación. Esa mezcla no es muy prometedora para el crecimiento del '22-'23.

3.- Gabriel Boric ganó la elección presidencial en Chile. Su plan económico, contenido en un texto titulado Acuerdo de Implementación Programática, "es malito", según la opinión literal de Sebastián Edwards, un prominente economista chileno, profesor de la Universidad de California. ¿Por qué? Porque "su diagnóstico es pobre y muchas de sus recomendaciones son nostálgicas y harán daño a la economía". A mi juicio, el documento citado tiene dos propuestas centrales: más "gasto social" y un aumento de impuestos para financiarlo. Sobre esto último, el Acuerdo sentencia: "se necesita llevar la carga tributaria en relación con el PIB a los estándares de los países OCDE". Específicamente, se pretende subir dicho cociente en 5 puntos porcentuales, elevando los gravámenes a las empresas, a los altos ingresos y al patrimonio de los "súper ricos". Con ello, y con la incertidumbre provocada por la inminencia de una nueva Constitución, es difícil creer que el crecimiento futuro será vigoroso.

4.- En Argentina...

5.- En cuanto a Perú...

El autor es profesor de Economía en EGADE Business School.

Artículo publicado originalmente en Reforma.

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