La semana pasada dije: "Silicon Valley Bank (SVB) es (era) un banco regional relativamente pequeño, especializado en negocios con startups". Un atento lector me corrigió la plana: "no es (era) pequeño, me dijo, con 209,026 millones de dólares de activos totales, es (era) el dieciseisavo banco en Estados Unidos".
Las cifras citadas son correctas y, sin embargo, hay que verlas en el contexto apropiado.
Los cuatro bancos más grandes de Estados Unidos son JP Morgan Chase; Bank of America; Citigroup; y, Wells Fargo. Para no cargar de números este artículo, basta con señalar que el primero tenía activos totales del orden de 3,201,942 millones de dólares; el cuarto, 1,717,531 millones (Consolidated Assets; datos al 31 de diciembre 2022. Fuente: Federal Reserve Board). Así pues, con respecto a tales gigantes, SVB es (era) "relativamente pequeño". Hay diferencias de grado que, en realidad, son de clase.
Hacia el final de los sesenta del siglo pasado, la inflación empezó a subir en Estados Unidos. En la década siguiente, alcanzó tasas extraordinarias: 12.3% en 1974 y 13.3% en 1979. En marzo 1980 llegó a 14.6%. Frente a ello, Paul Volcker, el legendario banquero central, puso en práctica una política monetaria muy restrictiva. En enero 1976, la tasa de interés del Fed era 4.9%; cuatro años después, el banco la elevó hasta 22%. La inflación descendió en consecuencia, pero no sin "costo" en términos de PIB y de empleo, por supuesto.
A pesar de muchos comentarios lúgubres, la situación reciente es, por comparación, muy distinta. En junio 2022, la inflación fue 8.9% y ha tendido a descender lentamente. En respuesta, el Fed ha aumentado su tasa de interés unos 4.75 puntos porcentuales. J. Powell advirtió con realismo que el alza traería consigo "algún dolor", en términos de desempleo.
En un artículo reciente, fiel a su estilo provocador, J. Stiglitz criticó de "insensible" la postura de Powell - -como si él tuviera alguna alternativa razonable a la medida- -. O como si la inflación no tuviera costos sociales que se distribuyen en forma regresiva.
El pasado día 22 el Fed aumentó en 25 p.b. su tasa de interés. No descartó nuevos incrementos, y enfatizó la solidez y la resistencia del sistema financiero. (Lógicamente, ignoró a Stiglitz).
En enero de este año, según los datos oficiales, la "Balanza de Productos Petroleros" tuvo un "saldo comercial" negativo del orden de 2,838.2 millones de dólares. Esto quiere decir que las importaciones de los productos en cuestión fueron muy superiores a las exportaciones correspondientes. Así ha sido desde los últimos meses de 2014.
En la gráfica se presenta la trayectoria del saldo referido de 2013 a 2023.
Es difícil creer que el déficit se transformará en un superávit en un futuro próximo. Más todavía: es muy cuestionable que pretender que así sea resulte en una decisión económicamente razonable.
Producir "en casa" lo que es más conveniente comprar "afuera" es una postura ineficiente. El mercantilismo es una doctrina económica que data del siglo XV. Todavía tiene devotos.
El autor es profesor de Economía de EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en Reforma.