México se encuentra en la décima posición entre los principales polos de atracción de inversión extranjera directa a nivel mundial, posición que pudiera seguir mejorando, resultado de las oportunidades de relocalización de inversiones que se están gestando dado el escalamiento del riesgo político y geopolítico que se vive en las economías emergentes y desarrolladas.
Sin duda es un momento histórico importante para México, pues podría sentar las bases para un crecimiento sostenido y constante en el largo plazo y detonar el nivel bajo de crecimiento de 2.0%, que en promedio se ha registrado desde 1980 y que ha sido consecuencia de la falta de inversión.
Si bien, México ofrece grandes oportunidades para la atracción de inversión extranjera, como resultado del escalamiento de los riesgos generados por la guerra comercial Estados Unidos y China, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, las tensiones en el Golfo, el rompimiento de las cadenas de suministros, los cuales se mantendrán varios años de acuerdo al índice de riesgo geopolítico de Black Rock, al mismo tiempo el país también enfrenta grandes desafíos en cuanto a política económica, la falta de inversión en infraestructura, la violencia y las elecciones federales del 2024.
La política económica del gobierno de México ha sido objeto de controversias dada la cancelación de grandes proyectos estratégicos, atrayentes de capital extranjero, en sectores como oil & gas, energía, comunicación e infraestructura, llevando incluso a poner en riesgo y en observación permanente el grado de inversión del país que otorgan Standard & Poor’s, Fitch Ratings y Moody’s, impactando en algunos casos al restar certidumbre al atractivo de inversión.
En cuanto a la falta de proyectos gubernamentales y capital para infraestructura, se considera un gran obstáculo para la atracción de inversión extranjera que contribuya al crecimiento económico; actualmente, México se encuentra en promedio en el lugar número 58 de 63 países que mide el IMD World Competitiveness Center, como parte de su índice de competitividad de infraestructura, lo cual es lamentable. Pese a ello, la llegada de nuevas inversiones no se ha detenido, pero no deja de lado el gran reto que se tiene en infraestructura para satisfacer la creciente demanda.
Además, la seguridad y la violencia representan un gran reto para generar mayor atractivo hacia México; de acuerdo con el índice de paz global que mide el nivel de paz y ausencia de violencia de un país, el nuestro se encuentra en el lugar 137 de 163 países, impactando directamente en los costos económicos de las empresas.
Respecto a las elecciones presidenciales de 2024, representan otro de los desafíos importantes a considerar para evitar el freno de nuevas inversiones, es necesario que se dé certidumbre al proceso de sucesión y evitar indefiniciones de candidatos, peleas internas, descalificaciones y violencia electoral que resten atractivo a las inversiones.
En conclusión, México tiene grandes oportunidades como destino atractivo para la inversión extranjera, pero tiene también importantes desafíos en los que el gobierno y la iniciativa privada deben de trabajar en conjunto para tomar medidas, fomentar y potencializar la inversión en infraestructura; así como establecer políticas económicas adecuadas, generar mecanismos de disminución de la violencia y garantizar las condiciones frente a las elecciones del 2024.
Por ello se recomienda a los inversores evaluar cuidadosamente los riesgos, las oportunidades, las políticas y las condiciones que presenta México antes de tomar una decisión de inversión, para así aprovechar el potencial de diversificación y de relocalización de operaciones de las empresas.
Los autores son profesor de EGADE Business School (Jorge Velarde) y socio de Bravo Abogados.
Artículo publicado originalmente en El Industrial.