Las rentas infladas de Paul Krugman y la política monetaria

Artículo publicado originalmente en la columna Glosas Marginales del periódico Reforma

Allá por los primeros meses de 2021, reseñé en estas páginas un debate entre Lawrence Summers (LS) y Paul Krugman (PK) sobre el paquete de estímulos fiscales puesto en práctica por el presidente Biden.

De acuerdo con LS, el paquete era excesivamente grande en relación con la capacidad productiva de la economía, lo que acarrearía el riesgo de inflación y, entonces, de un aumento (restrictivo) de las tasas de interés por parte del Fed.

PK no estuvo de acuerdo: según su opinión, el paquete no estimularía en demasía la economía, porque las transferencias monetarias a las familias serían ahorradas, no gastadas. En lo referente al efecto sobre la inflación, PK calificó la preocupación de LS como excesiva. Habrá que esperar, dijo, los resultados del paquete. En este punto, yo me permití acotar que tal postura era imprudente, y argumenté lo obvio: cuando la inflación se manifestara, sería ya tarde para enfrentarla, y ello necesitaría de una política monetaria muy rigurosa.

Hoy, por supuesto, ya sabemos que PK se equivocó de plano, y que LS acertó notablemente. Vale notar que LS no estaba solo en sus previsiones. Pero ¿a qué viene el recuento anterior?

Sucede que hace poco PK publicó en The New York Times un artículo sobre el aumento de las rentas en Estados Unidos, y su relevancia para la inflación y la política monetaria de la Fed. ¿Qué dice?

Como base, PK acepta ahora (con renuencia) lo evidente: la economía de Estados Unidos está "muy caliente". Tal es, de hecho, el (tardío) diagnóstico de la Fed, de ahí su reacción: un alza significativa de su tasa de interés objetivo (Fed Funds), en términos nominales.

Con esa situación de fondo, PK presenta gráficamente la trayectoria de la medición oficial de las rentas (Bureau of Labor Statistics), y la compara con la de dos índices elaborados con igual propósito por entidades privadas. De hecho, como aclara PK, no miden lo mismo. Como quiera, resulta que el indicador del BLS parece subestimar claramente el ascenso de las rentas. Curiosamente, PK no extiende su observación a su derivación lógica: si los índices privados son más representativos de la realidad, resulta que la inflación en curso es más alta que la calculada por el BLS. En consecuencia, más vigorosa debería ser la acción del Fed para controlarla.

En lugar de ello, PK destaca que, en términos de su tasa de crecimiento, los índices alternativos ya pasaron su pico. Sin embargo, dice, la estimación del BLS, rezagada por comparación, seguirá subiendo, aun cuando lo más agudo de la inflación de las rentas ya habrá pasado. Como era de esperarse, PK concluye de ello que eso llevará al Fed a mantener indebidamente una política monetaria restrictiva. Considerando su penoso récord como pronosticador, su advertencia es cuando menos cuestionable.

Aparte de lo ya apuntado, la tesis de PK "aguanta" un par de comentarios adicionales:

1.- El énfasis de PK en la trayectoria de las rentas es interesante pero no del todo relevante. Implica ignorar que la inflación es un aumento muy amplio, repetido y significativo de los precios, no es el alza de un precio específico, por importante que sea. Y lo cierto es que, en general, los otros componentes del índice de precios se han inflado.

2.- Más todavía. La tasa de interés nominal actual está apenas en 2 ¼-2 ½ %, y dista mucho de ser restrictiva, dado que aún es negativa en términos reales. Así pues, la preocupación de PK es prematura, para decirlo con cortesía.

De paso, en el mercado, hay quienes creen que la Junta liderada por J. Powell bajará las tasas en cuanto detecte señales definidas de debilidad en la parte real de la economía. Su discurso de Jackson Hole no avala tal idea.

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Hace un par de semanas publiqué lo que sigue: "En términos anuales (en julio), el alquiler de vivienda creció 5.7%. Representa un 32% del Consumer Price Index... se trata de un servicio que... no es 'comerciable internacionalmente' ... su ascenso es evidencia de la existencia de presiones de demanda internas". Esto último, a mi juicio, es lo importante.

El autor es profesor de Economía de EGADE Business School.

Artículo publicado originalmente en Reforma.

 

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