La política monetaria, según el FMI

Artículo publicado en la sección Glosas Marginales del periódico Reforma

La semana pasada mencioné brevemente la opinión del FMI sobre la política monetaria conveniente para México. A la letra, el FMI dijo: "Parece que hay espacio para un aflojamiento adicional", específicamente, "debe darse consideración a una baja de la tasa de interés", más allá de lo hecho. ¿Por qué?

Por varias razones, según argumentó el FMI: porque la demanda está débil; las expectativas de inflación de corto plazo están bien ancladas; la tasa de interés real es más alta que la vigente en economías similares; y, las presiones inflacionarias recientes "reflejan factores transitorios". No estoy de acuerdo.

1.- Es cierto que la demanda (consumo, inversión) está deprimida. Más aún: parece claro que actualmente la economía está operando por debajo de su producto "potencial" (término que quiere decir algo así como "normal"). Esto último es más o menos lo que plantean muchos analistas, cuando dicen que "hay holgura", o que existe "una brecha del producto". Pero, precisamente por ello, es que resulta muy preocupante la persistencia de la inflación.

2.- En lo que toca a las expectativas de inflación, caben dos apuntes breves: a) las correspondientes al corto plazo han aumentado; y, b) las referentes a un horizonte largo están por encima de la meta de Banxico (tal y como lo reconoció el propio FMI). Así pues, estrictamente hablando, tampoco en ello se puede fincar la sugerencia de bajar la tasa de interés.

3.- Comparar la tasa de interés vigente en México, respecto a la observada en otras economías, puede ser de utilidad en el análisis. Sin embargo, cualquiera que sea el resultado del ejercicio, no conduce de por sí a una conclusión relevante. La razón es muy sencilla: cada caso merece examinarse atendiendo a sus circunstancias particulares, por ejemplo: la trayectoria histórica de la inflación; la vulnerabilidad de la economía frente a salidas abruptas de capital; el régimen cambiario; la naturaleza institucional de su banco central; y, sobre todo, los objetivos que tiene asignados. (De paso, no sobra notar que una tasa de interés real cercana a cero, o negativa, como la existente en Chile o en Estados Unidos, implica una expropiación del ahorro.)

4.- En lo referente a la influencia de "factores transitorios" sobre el curso de la inflación, es importante notar que tales factores explican más los cambios en los precios relativos (el encarecimiento de algunos bienes con respecto a otros) que la trayectoria de la inflación en general.

Finalmente, me llamó la atención el siguiente párrafo: "Podría considerarse una revisión independiente del marco de la política monetaria". Con franqueza, la sugerencia me parece inapropiada. Banxico maneja su política monetaria siguiendo desde 2001 los lineamientos de un esquema llamado "objetivos de inflación", y ha funcionado con éxito. Basta con recordar que en 1999 la inflación fue superior al 12%, y que el dato más reciente es 4%. ¿Se puede mejorar lo logrado? Sin duda, como todo lo humano. Pero ello no requiere lo que sugirió el FMI.

¿Reducción "neoliberal"?

De acuerdo con muchas opiniones críticas, el llamado Consenso de Washington es una especie de catecismo de política económica de los "neoliberales". Para disipar algunos malentendidos recientes, conviene citar a la letra una de sus diez recomendaciones, tal como la fraseó John Williamson (en 1989): "redirigir el gasto público de áreas políticamente sensibles, que reciben más recursos de los que su rendimiento económico puede justificar, hacia campos con rendimientos económicos altos y con el potencial de mejorar la distribución del ingreso, tales como la salud, la educación, y la infraestructura". (Las negritas son mías).

El apunte viene a cuento en vista de ciertas declaraciones influyentes, que califican de "neoliberal" la contracción reciente del gasto en salud en México.

Artículo publicado originalmente en Reforma.

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