Javier Milei (JM) ha conmocionado el escenario político en Argentina. El líder de la coalición llamada La Libertad Avanza se autodefinió claramente como un libertario desde el principio de su campaña presidencial. Para avalar su calificación, lanzó una serie de propuestas radicales, que se convirtieron en noticia mundial. Como era de esperarse, recibió críticas de todo tipo, sobre todo de parte de la izquierda peronista. El planteamiento económico inicial más comentado consistió en cerrar el Banco Central de la República Argentina (BCRA). En las semanas más cercanas a la actual, según la opinión de algunos medios de comunicación, sus propuestas originales se han moderado. Es difícil hacer un juicio al respecto, porque su agenda de cambios parece estar todavía en proceso. Esto último es lógico, considerando que ha aumentado significativamente la probabilidad de que gane la elección el 22 de octubre.
En mi opinión, lo que no ha variado es la parte nuclear de la postura de JM: dolarizar la economía. Para el caso, de acuerdo con declaraciones recientes, el complejo proceso consistiría en permitir la libre competencia entre monedas. En consecuencia, entiendo que el peso argentino dejaría de ser la única moneda de curso legal. Dado el desastroso récord secular de la divisa nacional, el público seguramente escogería el dólar como medio de cambio y almacén de valor. Este sería el instrumento clave para abatir la inflación, que ahora está cerca de 125%. ¿Por qué? Porque eliminaría el origen del fenómeno que, desde luego, ha sido la emisión desordenada de pesos por parte del BCRA. Algunos analistas recuerdan que, de realizarse, no sería la primera vez que Argentina recurre a una variante de dicha fórmula y que, a final de cuentas, fracasó. Eso es cierto, pero omiten aclarar que la razón del fiasco fue el falseo flagrante, por parte del gobierno, de la parte central del esquema. (Un tema para otra ocasión). Vale agregar que la idea de una competencia entre monedas (privadas) fue planteada formalmente en 1976 por F. Hayek (Premio Nobel, 1974): The Desnationalization of Money.
Para apreciar mejor lo que está sucediendo en Argentina, quizá sea útil resumir en qué consiste lo básico del pensamiento libertario. La lista que sigue es un intento de ello, seguramente inadecuado ("Las listas son un hábito peligroso. Enseguida se nota lo que falta". J.L. Borges).
Con un marco de referencia como el delineado arriba, pienso que las ideas de JM son ciertamente libertarias, aunque no extremas. Por ejemplo, ha planteado la reducción del gasto público y de los impuestos; la eliminación de regulaciones excesivas; la extinción de ciertas empresas del Estado; la adopción de un sistema de vouchers para la prestación del servicio de educación y, por supuesto, su emblemática desmonopolización de la emisión de moneda.
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Como prácticamente toda América Latina, Argentina ha sido obstinadamente propensa a un populismo económico de interminables consecuencias lamentables. JM está postulando un viraje con tono libertario, que la población parece dispuesta a aprobar en las próximas elecciones. Ya veremos.
El autor es profesor de Economía de EGADE, Business School.
Artículo publicado originalmente en Reforma.