El índice de la llamada "inflación subyacente" mide el aumento de los precios de una canasta de bienes y servicios que excluye aquellos que fluctúan mucho a lo largo del tiempo, o que están determinados por decisiones gubernamentales:
1.- ¿Cuáles, concretamente? Los precios de los productos agropecuarios; los de los energéticos; y, las tarifas oficiales.
2.- ¿Para qué sirve? Según Banxico, a la letra, "para capturar la tendencia del movimiento de los precios". (El subrayado es mío).
3.- ¿Por qué es importante? Porque la política monetaria, cuya función primordial es controlar la inflación en el largo plazo, debe basarse en la dirección que muestra un indicador que no esté afectado por eventos circunstanciales como, por ejemplo, un aumento abrupto de precios provocado por una mala cosecha.
4.- ¿Por qué en el largo plazo? Porque algunas alzas de precios específicos son de carácter temporal, y porque los instrumentos que maneja el banco central no tienen efectos instantáneos.
Dichas las generalidades anteriores, es casi inevitable ocuparse ahora del tema en su penosa actualidad.
La semana pasada, el INEGI publicó las cifras de inflación correspondientes a enero de este año. La inflación subyacente anual resultó, como se sabe de sobra, 6.2%, la más alta en veinte años. En términos gráficos, es fácil ver que el número citado alarga una tendencia alcista iniciada allá por la primavera del '20. Vale notar que, durante los meses previos a aquella época, la inflación subyacente se movió en forma lateral, entre 3.5% y 4.0%. (Esto de por sí representaba un problema, porque significaba una especie de cota dura situada por arriba de la meta formal de Banxico - -aunque ésta se define con referencia al índice general de precios- -. Por cierto, "latente" es un sinónimo de subyacente). Sea como fuere, me parece que "a estas alturas del partido" es absurdo insistir en el uso de calificativos como "transitorio", aplicados por algunos a lo que está sucediendo.
En ese contexto, se justifica plenamente el aumento de 50 puntos base en la tasa de interés objetivo, decidido el jueves pasado por Banxico. Más todavía, pienso que las alzas deberían continuar. Entre otras razones, porque las expectativas de inflación siguen estando arriba de la meta del banco central (3%), lo que pone de manifiesto que dicha meta no tiene credibilidad plena entre los participantes en los mercados.
"En el largo plazo, la inflación es causada por el crecimiento de la oferta de dinero. La inflación, la tasa de crecimiento del nivel promedio de los precios, puede variar en el corto plazo debido a muchas razones. En el largo plazo, sin embargo, la tasa a la cual el banco central (el Sistema de la Reserva Federal en Estados Unidos) causa el crecimiento de la cantidad de dinero, determina cuál es la tasa de inflación". Macroeconomics, Stephen D. Williamson, 2018, Pearson, p. 35.
En un tweet reciente dije, a la letra: "No, las remesas no son parte del PIB (Producto Interno Bruto) de México". Efectivamente, son transferencias derivadas de ingresos generados por servicios producidos en Estados Unidos. Que a veces se expresen como fracción del PIB de México, no tiene otra intención que dar una idea de su magnitud relativa.
Christine es una novela de Stephen King, publicada en 1983. Se desarrolla en Pennsylvania, y su tema es un Plymouth 1958 poseído por un espíritu maligno. King podría actualizar su obra basándose en el asombroso caso reciente de un tráiler en Guerrero, al parecer animado por un invisible ente malévolo.
El autor es profesor de Economía en EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en Reforma.