La desigualdad económica en EE. UU.: ¿un mito?

Artículo publicado en la sección Glosas Marginales del periódico Reforma

Diversos trabajos estadísticos de T. Piketty, E. Saez y G. Zucman, entre otros, han mostrado un incremento notable en la desigualdad de la distribución del ingreso en Estados Unidos, durante la segunda parte del Siglo XX. A ello se ha agregado la idea de que dicha distribución es más desigual que en otras economías avanzadas. Las dos nociones se han convertido en algo así como la "sabiduría convencional" - -lo que no quiere decir que el tema haya dejado de ser objeto de debate- -. Al contrario.

Por ejemplo, en agosto 2018, P. Gramm y J. Early publicaron un artículo en The Wall Street Journal, cuyo núcleo fue señalar que la distribución del ingreso en Estados Unidos no era muy distinta que la de países similares miembros del OCDE. Ello, si se midieran adecuadamente las cuantiosas transferencias gubernamentales que reciben las familias de más bajos ingresos. Por ejemplo, en el quintil más pobre, más del 80% de su ingreso disponible se compone de transferencias.

En diciembre 2019, G. Auten y D. Splinter publicaron un estudio que probó - -en forma contundente, a mi entender- - que, en Estados Unidos, entre 1962 y 2015, al computar con rigor los ingresos después de impuestos y transferencias, la participación del famoso 1% superior no cambió significativamente - -contra lo afirmado por Pikkety, Saez y Zucman- -.

Sobre el mismo asunto, estoy cerca del final de un libro de la autoría de P. Gramm, R. Ekelund y J. Early, publicado este año. El título y el subtítulo contienen el mensaje central del texto: The Myth of American Inequality - -How Government Biases Policy Debate- -. En otras palabras, los autores dicen que la alegada desigualdad es una historia exagerada, y que el gobierno, con sus datos, sesga la discusión. El libro reproduce algunos de los argumentos principales presentados por Gramm y Early en el artículo citado del WSJ.

En septiembre 2022, Cato Institute publicó un resumen elaborado por Early, que contiene varias afirmaciones importantes, respaldadas por el debido análisis. Aquí van un par de ellas: 1.- las estadísticas oficiales (Census Bureau) sobreestiman la desigualdad en la distribución del ingreso, porque no cuentan (otra vez) más de dos terceras partes de las transferencias del gobierno a los estratos de ingreso más bajos; específicamente, la relación entre los ingresos de la familia promedio en el quintil más alto y los correspondientes al quintil más bajo, no es 16.7 (Census), sino 4.0; y, 2.- la sobreestimación ocurre también porque las cifras oficiales no reducen los ingresos del quintil más alto, como debiera ser, dado los impuestos que pagan (35%). Se trata, por tanto, de la misma argumentación fundamental de Auten y Splinter.

Así pues, concluye Early, durante los setenta años más recientes, la desigualdad ha venido descendiendo, no aumentando, como se cree generalmente. Además, resulta que la medición oficial de la pobreza es diez veces más alta (!) que la estimada mediante un cálculo apropiado.

El libro de Gramm, Ekelund y Early no pretende ser el final de la discusión sobre una materia que es extremadamente compleja como fenómeno económico, social y político. Empero, no hay duda de que constituye una contribución muy valiosa a su debido entendimiento.

Para terminar esta nota, escogí un par de citas harto provocativas, cuyo propósito es estimular la lectura de la obra referida.

-Sobre el afamado (y criticado) libro de T. Pikkety, Capital in the Twenty-First Century: "Los datos de... Pikkety no incluyen los pagos de transferencias que componen la mayoría de los ingresos del 40% de la población... (y) sobreestiman el ingreso de los individuos de altos ingresos al imputarles como tales las ganancias de capital no realizadas que no reciben de hecho...". Si Pikkety lo hubiera hecho, "su evidencia empírica de una creciente desigualdad del ingreso en Estados Unidos de la posguerra hubiese colapsado".

-Y en total: "Este libro ha mostrado en detalle que las mediciones oficiales de ingresos muestran niveles de desigualdad sobreestimados... La desigualdad ha caído... La pobreza ha disminuido dramáticamente y casi ha desaparecido...".

Para la polémica.

El autor es profesor de Economía de EGADE, Business School.

Artículo publicado originalmente en Reforma.

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