En días recientes Fibra Prologis colocó un bono verde por un monto de 375 mdd, siendo el primero de este tipo cotizado en dólares en nuestro país. Este hecho se suma a la tendencia de participar más activamente en instrumentos financieros con enfoque sustentable.
Este interés que se está dando en los mercados financieros ha tomado fuerza en los últimos dos años, y se busca que los inversionistas no sólo vean el rendimiento, sino que den preferencia a los emisores que están realizando esfuerzos por elevar sus estándares en cuidado ambiental, social y de gobierno corporativo (ASG).
De aquí surge la rama de las inversiones sustentables, las cuales consideran en la selección y administración de portafolios a los vehículos con estas características. Dentro de estos parámetros en el aspecto ambiental se considera el uso de energías renovables, la reducción de emisiones de carbono a partir de acciones planeadas y estructuradas, el correcto manejo de los desechos generados y el cuidado del agua. Por el lado social, se toman en cuenta el desarrollo del capital humano, las políticas de inclusión y diversidad, los beneficios a la comunidad, entre otros. En el aspecto de gobernanza se miden los estándares éticos, de administración de riesgos, de cumplimiento de la ley y la protección a los accionistas minoritarios.
También se les conoce como inversiones responsables, de impacto o inversiones verdes cuando su enfoque es ambiental. De acuerdo con Global Sustainable Investment Alliance (GSIA) a nivel global, este tipo de inversiones ya representan más de la quinta parte del mercado con $30.7 trillones de dólares al cierre de 2018, con un crecimiento de un 34% en dos años.
Dentro de estos instrumentos en el mercado de deuda, se tienen los bonos verdes, sociales y de sustentabilidad; los cuales han alcanzado un récord en emisiones con $1.4 trillones al tercer trimestre del 2020, de acuerdo con Boomberg. Con base en datos de Climate Bond Initiative (CBI, por sus siglas en inglés) los países más activos en este mercado son Francia y Alemania. En el caso de Latinoamérica, destaca Chile que ha colocado bonos verdes por un monto de seis mil millones de dólares. Tan solo en la emisión de bonos verdes, este organismo espera que crezca un 31.8% de 2019 a 2020. Se prevé que la entrada de Joe Biden a la Presidencia de Estados Unidos le dé un impulso a este sector, dando apoyo al tema climático con políticas de impulso a energías renovables, además de beneficios fiscales.
En México, la BMV se ha sumado a estas iniciativas y ha realizado varias acciones que van encaminadas a promover inversiones sustentables. Primero diseñaron el IPC Sustentable, y en junio de 2020 lanzaron el índice S&P/BMV Total México ESG Index, el cual integra 29 empresas que previamente han sido evaluadas por un organismo externo para validar que cumplan con los estándares ESG, como también se le conoce a los ASG por sus siglas en inglés.
La prestigiada firma BlackRock, ha priorizado sus inversiones en este segmento y ha colocado su primer instrumento sustentable en nuestro país, un ETF (ESGMEX). Este es el primero de su tipo cotizado en México y ha recaudado un monto aproximado de 500 millones de dólares y con un crecimiento superior al 18% en tres meses. Fue colocado en julio de 2020, y en agosto recibió autorización para que las afores puedan invertir ahí sus recursos.
Es importante mencionar que, al momento de hacer la selección de los activos, se considera alinear los valores de los inversionistas con los de las empresas y se hace una exclusión si se tienen operaciones vinculadas con tabaco, armas, aborto, opiáceos, entre otros.
Por el lado de los créditos, también los grandes bancos están incorporando los estándares de las inversiones sustentables en las políticas para sus clientes. Por ejemplo, están introduciendo una norma de contabilidad global que busca medir el impacto climático en las transacciones financieras, buscando que las empresas registren las emisiones de gases de efecto invernadero ligadas a sus préstamos.
Este tipo de inversiones está generando un amplio nicho de oportunidades. De acuerdo con el estudio “Oportunidades de inversión en iniciativas climáticas”, elaborado por la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), se contemplan seis sectores urbanos de los mercados emergentes que representan un monto de inversión de $29.4 billones de dólares acumulado a 2030. Estos sectores son los edificios sustentables, la infraestructura en transporte público, los vehículos eléctricos, el manejo del agua, energía renovable y manejo de residuos. De este monto, los edificios verdes representan el segmento más significativo por $24.7 billones (84%).
Los retos que enfrentan este tipo de inversiones vienen por dos lados: la forma de medirlos en las empresas, y el compromiso de los accionistas para incorporar estos estándares, dado el costo que representan.
Publicado originalmente en El Financiero.