Dani Rodrik (DR) es un distinguido profesor de Economía Política Internacional, en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard. Hace poco publicó en Project Syndicate un artículo interesante, con un título provocativo: Inflation Heresies.
En resumen, DR dice: 1) que "el espectro" de la inflación está persiguiendo al mundo de nuevo; y, 2) que para reganar la estabilidad de precios cabe considerar otros instrumentos además de los ortodoxos -que son reducir el gasto y aumentar las tasas de interés-.
¿Cuáles son esos medios alternativos? Los heréticos: 1) control oficial de precios; 2) presión gubernamental sobre las empresas con poder de mercado; y, el más heterodoxo, (3) reducir las tasas de interés. Esto último, a la manera de lo hecho por el banco central de Turquía, "bajo la dirección", señala DR, del presidente Tayyip Erdogan.
Entre los galardonados con el Premio Nobel de Economía, hay al menos diez profesores de economía de Harvard. DR no es uno de ellos, pero se trata sin duda de un profesional muy influyente tanto en la opinión profesional como en la pública. Por ello, quizá no resulte ocioso comentar algunos de sus puntos de vista.
Para empezar, la inflación en curso no es un "espectro", sino una incuestionable realidad. De hecho, es un fenómeno casi mundial. En Estados Unidos, por ejemplo, el alza general de los precios llegó en diciembre 2021 a 7%, lo que no es precisamente fantasmal. La palabra usada por DR me parece un recurso retórico. La usó, me imagino, porque piensa todavía, como lo hace una disminuyente minoría de economistas, que la inflación actual es producto de "un conjunto transitorio de factores". Todavía no es crónica, añade DR, y, si bien es cierto que "las políticas fiscal y monetaria expansivas han impulsado los ingresos" (la demanda), hay que considerar que "también son transitorias". A mi entender, el adjetivo no es apropiado. Entre 2008, cuando ocurrió la crisis financiera mundial, y 2021, el Fed multiplicó la base monetaria (el dinero creado) por un factor de siete. En el mismo lapso, la deuda pública federal de EUA, como fracción del PIB, pasó de 68% a 102%.
En todo caso, el autor se ocupa sólo de dos de las tres políticas que menciona:
1) En cuanto a los controles de precios, DR dice que han funcionado algunas veces, "durante periodos de guerra, por ejemplo". Como esa no es la situación al presente, la alusión no es relevante. En todo caso, DR reconoce "que nada tan radical necesita ser considerado por ahora". DR usa otra referencia, que me parece cuestionable: los programas heterodoxos de estabilización empleados en América Latina hace algunos años -México incluido-. Es cierto que su intención era mover coordinadamente los precios, los salarios y el tipo de cambio, para desinflar las expectativas. Pero vale notar que tales planes se fincaron en lo básico: disciplina fiscal y monetaria. Fuere como haya sido, conviene recordar que, en México, la inflación de 1986 y 1987 fue 106% y 159%, respectivamente, cifras que definían una circunstancia muy crítica, que poco tiene que ver con la actual.
2) En lo que toca a la política de Erdogan, consistente en reducir las tasas de interés para combatir la inflación, DR apunta que "no es necesariamente excéntrica". De hecho, es parte de la idea de que la inflación es un fenómeno que se produce por empuje de costos (en este caso, del costo financiero). Sin embargo, según señala DR, resulta que, aunque el banco central turco ha bajado su tasa de referencia, las tasas de interés del mercado han continuado al alza. Su texto contiene la explicación: ello "refleja problemas más fundamentales", como "la legión" de "desbalances macroeconómicos que se han venido acumulando durante bastante tiempo". En total, concluye DR, "algunas veces, como en el caso de Turquía, el argumento económico ortodoxo es ciertamente el correcto". (El subrayado es mío, por supuesto). La conclusión, pues, nada tiene de herética.
Un último apunte: "La verdadera ciencia de la economía es contextual, no universal", nos advierte DR. Supongo que eso quiere decir lo obvio: la política económica adecuada depende de las circunstancias. Como quiera, sigo creyendo que la Ley de la Demanda es válida en Turquía... como en todas partes.
El autor es profesor de Economía en EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en Reforma.