¿Hay valor en ESG?

Artículo publicado originalmente en Reforma

ESG es, por sus siglas en inglés, la herramienta "ambiental, social y de gobierno" que ha heredado todos los esfuerzos de responsabilidad social con décadas de ser una ambición generalizada de académicos y empresarios por igual y, que pretende desarrollar una medida estandarizada que permita una comparación entre empresas, en su intento de "mejorar el mundo y aun así hacer dinero".

El día de hoy, existen docenas de índices que presumen capturar la mejor colección de empresas que aplican eficientemente los arreglos prescritos por la herramienta de ESG; no obstante, surgen estas dudas: (i) Es confiable la medida de ESG o es solo wishy-washy? (ii) ¿pueden los índices ESG superar en retorno a sus índices de referencia de mercado? (iii) ¿funciona la inversión ESG en los mercados latinoamericanos? (iv) qué factores macroeconómicos y de inversión podrían explicar el éxito de los índices ESG?

Así que, veamos: en primer lugar, ESG es primordial, porque el poder de la corporación ha sido abusivo con el mundo físico y con todos (la gente que trabaja, pero también, la población en general). Segundo, ESG es muy difícil de medir de forma estándar, por lo que un sistema justo de premios y castigos tardará mucho en construirse, así que mientras tanto, habrá enormes lagunas que darán pie a abusos y corrupción, por parte de todos los jugadores. Tercero, a juzgar por las estadísticas agregadas de pobreza, poder cupular, cambio climático y otros como éstos, los esfuerzos de ESG para lograr mejoras no han llegado muy lejos (como reporta The Economist). Cuarto, muchas veces la percepción de algo tiene un impacto mayor en los mercados que las realidades mismas que el fenómeno ambiciona, por ello, hay grandes ganancias para quien sabe manejar estas percepciones, aunque -a ciegas o a sabiendas- no se ofrezca un producto que abunde en contenido real.

Quinto, si hay mayores ganancias en los índices ESG comparados con el mercado general, a la luz de los argumentos anteriores, pudiera deberse más bien a los llamados efectos de "hábitat" es decir, que sus integrantes son también las firmas más grandes (las que pueden pagar por su implementación y posterior certificación), o las de los sectores más exitosos en este ciclo, como salud, tecnología, consumo discrecional, commodities, etc.., o que tienen un poder de mercado mayor al promedio, por posiciones oligopólicas o de lobbying con los gobiernos y, no necesariamente por ser las más "virtuosas".

En años recientes, ESG ha redefinido el panorama de la inversión socialmente responsable, dando como resultado múltiples estudios teóricos y prácticos sobre el tema. Estudios serios han corroborado que los índices ESG pueden preparar al inversionista mejor para una recesión (que es la etapa que vivimos o pronto viviremos ahora mismo) o un crash de bolsa. Otros han demostrado que éstos índices son un buen añadido al portafolio, para lograr mejor diversificación y reducción del riesgo. Muchos de estos trabajos se centran en los EE.UU., en donde el volumen de empresas certificadas es amplio, pero hay también para Asia y China en particular, encontrando hasta ahora (pues las mediciones no llegan ni siquiera a conjuntar 10 años de historia) resultados similares.

No obstante lo anterior, también hay críticos y de gran peso. La comunidad financiera critica el status de élite que se le ha dado a las canastas ESG, refutando que no han sido capaces de brindar retornos diferenciados netos al inversionista (debido a las abultadas comisiones) y que se han aprovechado de la seducción de "virtud" que ostenta la marca.

Un working paper de EGADE Business School habla de México, reportando que los últimos seis años ESG ha ganado de hecho a la bolsa, aunque es difícil explicar en base a qué factores, quizás la hipótesis del hábitat sea la respuesta, conteniendo el índice más empresas grandes y exportadoras como proporción de lo que hay en el índice IPC. Para contestar a la pregunta en el título: Si habrá valor, cuando haya más claridad en la medición y mayores volúmenes para bajar los costos, pero hoy, hay aún mucha incertidumbre en torno a lo que está contenido en ellos. 

El autor es profesor y director del Think Tank Financiero de EGADE Business School.

Artículo publicado originalmente en Reforma.

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