Explosión de venture capital se apaga en este 2022

El 2022 ha puesto un alto a la efervescencia del mundo del venture capital

El 2021 fue un año sensacional para la industria de venture capital (VC). En 2021, 730 fondos levantaron alrededor de $128 mil millones de dólares, mientras que las startups levantaron más de $600 mil millones de dólares. Probablemente, la pandemia fue un catalizador de la explosión del capital de riesgo, ya que casi cualquier empresa emergente era capaz de levantar grandes rondas de capital a valuaciones nunca vistas. Los inversionistas de VC actuaban con poca diligencia y limitado rigor en sus procesos de inversiones, sin considerar realmente la estrategia de la startup y, sobre todo, sus ventajas competitivas.

Sin embargo, el 2022 ha puesto un alto a la efervescencia del mundo del VC. Tanto los fondos de capital de riesgo como las startups están presentando más dificultades para levantar capital. En este sentido, se hace un análisis crítico sobre la startup y su modelo de negocio al momento de invertir.

De entrada, los inversionistas, analizan la estrategia de la startup basándose en sus recursos y competencias para sobrevivir y prosperar. Este análisis toma en cuenta las capacidades que cualquier otra organización debería de tener en el mismo sector industrial y las que realmente le proporcionan una ventaja competitiva. Los recursos de las organizaciones se pueden categorizar en recursos físicos, financieros, humanos y capital intelectual:

  1. Los recursos físicos son elementos materiales como infraestructura, máquinas, edificios o capacidad de producción. Por ejemplo, Jüsto, empresa de e-grocery shop con operaciones en México y América Latina, tiene recursos físicos (edad, condición, capacidad y ubicación) que compiten de forma asertiva contra los retailers tradicionales.
  2. Los recursos financieros son la forma en que una startup fondea su balance utilizando una combinación de deuda y capital. En la medida que la startup sea capaz de levantar recursos y robustecer su estructura de capital, tendrá más probabilidades de subsistir y avanzar. No necesariamente la startup con la mejor tecnología o propuesta de valor subsiste, sino aquella que tiene la habilidad de levantar capital.
  3. Sin duda, los recursos humanos son quizás el elemento más relevante, sobre todo si es la empresa es de reciente creación. La combinación de personal, apalancada en sus habilidades, conocimiento, experiencias y redes profesionales, hace que tenga un valor mayor o menor.
  4. De los recursos intangibles en toda organización, el capital intelectual incluye patentes, marcas, sistemas de negocios, bases de datos y, sobre todo, secretos industriales. Este elemento es el que otorga ventaja competitiva a algunos negocios frente a su competencia, como Apple y Tesla.

El capital intelectual está ligado a las competencias, que son las destrezas y habilidades por medio de las cuales los recursos se implementan de manera efectiva a través de las actividades y procesos de la organización. Dentro de estas actividades y procesos es relevante tener en cuenta el proceso de definición estratégica, el proceso de contratación, entrenamiento y retención de personal, y los múltiples procesos administrativos (ej. operaciones, finanzas, contabilidad, fiscal, proveedores, etc.).

Además, las empresas necesitan capacidades mínimas (recursos y competencias) para cumplir con los requisitos necesarios para competir en un mercado determinado. Por ejemplo, si estás lanzando una fintech, deberías tener una infraestructura tecnológica, capital humano, financiero e intelectual y, además, la licencia que aplique en la jurisdicción que vas a operar para poder alcanzar los requisitos mínimos de tus clientes.

Sin embargo, los inversionistas de VC deberían enfocar su visión en los recursos únicos con los que cuenta la startup para sostener de manera crítica su ventaja competitiva y que no pueden imitarse u obtenerse fácilmente. Asimismo, deberían centrarse en las competencias básicas como aquellas destrezas y habilidades para desplegar los recursos y lograr una ventaja competitiva incomparable.

Dentro de todo este análisis, el inversionista podría considerar las eficiencias en costos –que se derivan de economías de escala, costos en la cadena de suministro, diseño del producto o procesos y la curva de experiencia o aprendizaje—.

Para construir una ventaja competitiva se debe tener la capacidad de agregar valor al cliente, por ejemplo, con recursos únicos traducidos en algún producto o servicio exclusivo de esa startup. Su rareza depende de su transferibilidad (ej. los servicios profesionales son únicos, ya que dependen en las competencias específicas de los individuos). Otro elemento es la sustentabilidad, es decir, si puede mantenerse esta competencia.

También se debe tener en cuenta qué tan imitables son estas capacidades estratégicas. En el caso de un sistema tecnológico, por sí mismo, no brinda una ventaja competitiva, sino su interacción entre los clientes y las actividades. Otra razón por considerar es la complejidad para imitar o replicar las capacidades que se basa en los vínculos internos y externos, la cultura y aquellas características organizacionales que son difíciles de procesar por parte de la competencia.

Cualquier empresa emergente puede enfrentar una substitución en su producto o servicios, o en la forma de competir. Por ello, los consumidores valoran las capacidades raras, no imitables y no substituibles. Todo lo anterior debe entenderse en un marco donde las habilidades organizacionales se pueden renovar o recrear para satisfacer las necesidades del entorno cambiante.

Por ejemplo, hace diez años las empresas basadas en blockchain podían considerarse una rareza, ya que tenían una “ventaja” de diferenciación ante otras con una tecnología tradicional. Sin embargo, su mercado aún era limitado. Hoy en día, muchas empresas basadas en blockchain han surgido en diversas industrias, pero no solo es el factor tecnológico lo que las hace diferentes, sino el hacer accesible a su mercado, entenderlo y adoptar la solución.

Lo sucedido en el 2000 con el crecimiento del internet, en 2008 con las hipotecas basura y en 2021 con la pandemia obliga a los inversionistas de VC a evaluar la ventaja competitiva de las startups y no solo dejarse llevar por el hype del mercado.

El autor es profesor adjunto de EGADE Business School.

Artículo publicado originalmente en El CEO.

 

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