El envejecimiento de la población es un enorme desafío para muchas economías, pero también una fuente de oportunidades interesantes. El emprendimiento senior, que se refiere a la actividad empresarial que inician las personas mayores de 50 años, está ganando tracción en el mundo –y la región latinoamericana no es excepción—por su capacidad de impulsar el crecimiento económico y abordar retos como el desempleo o la presión sobre los sistemas de seguridad social.
El estudio “Emprendimiento senior en América Latina: evaluación y apoyo desde el enfoque de ecosistemas de emprendimiento”, coescrito con Alfonso Torres-Marín (UNIE Universidad, España), Marcelo Leporati (EAE Business School, España) y Sergio Roses (Universidad del Salvador, Argentina), explora cómo los ecosistemas de emprendimiento en América Latina influyen en la actividad emprendedora senior. Este análisis se centró en cinco países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México, y utilizó datos del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) y el Global Entrepreneurship and Development Institute (GEDI).
Los ecosistemas de emprendimiento aluden al conjunto de factores y actores que interactúan para facilitar o dificultar la creación de nuevos negocios. En este concepto se incluyen desde la educación y el acceso al financiamiento hasta la cultura emprendedora y la infraestructura institucional. En América Latina, estos ecosistemas enfrentan desafíos particulares, como la informalidad del mercado laboral, sistemas de bienestar social insuficientes y recursos financieros limitados. Sin embargo, también ofrecen una oportunidad única para comprender cómo mejorar la actividad emprendedora en economías en desarrollo.
El emprendimiento senior suele definirse por la edad. Para este artículo, usamos como principal criterio tener más de 50 años. Las personas mayores de 50 años que emprenden suelen tener características únicas, como contar con redes de contactos más amplias, experiencia técnica y, en muchos casos, mayor estabilidad financiera. Sin embargo, también enfrentan barreras importantes, como la discriminación por edad, el acceso limitado a financiamiento y la falta de capacitación adecuada.
En este contexto, el emprendimiento senior puede ser impulsado por dos motivaciones principales: por oportunidad y por necesidad. El primero tiene tiene que ver con emprendedores que buscan aprovechar una oportunidad identificada en el mercado, motivados por el deseo de independencia, éxito personal o desarrollo de nuevos productos. El segundo, emprender por necesidad, refiere a la actividad emprendedora que surge como una respuesta a la falta de empleo o de otras fuentes de ingresos, lo que obliga a buscar alternativas. En América Latina, el estudio mostró que los emprendedores senior por oportunidad tienden a tener un perfil más positivo en términos de resultados, ya que aprovechan mejor su experiencia y conocimientos acumulados.
El artículo identifica tres componentes clave dentro del ecosistema de emprendimiento que influyen en la actividad emprendedora senior:
Asimismo, el estudio destaca la importancia de la educación emprendedora en etapas avanzadas de la vida. Los programas formativos enfocados en habilidades de negocios específicas pueden hacer una gran diferencia para los emprendedores senior, ayudándoles a superar barreras tecnológicas y mejorando sus probabilidades de éxito. Se subraya también la necesidad de ofrecer programas de mentoría que los conecten con expertos o redes de apoyo, ya que además de ofrecer conocimientos prácticos, los ayudan a crear una comunidad que fomenta el aprendizaje continuo.
El contexto latinoamericano presenta desafíos particulares que deben abordarse para promover el emprendimiento entre los mayores de 50 años:
Para aprovechar el potencial del emprendimiento senior, es necesario que tanto los gobiernos como el sector privado adopten medidas específicas. Una prioridad es fortalecer la educación continua, diseñando programas adaptados a las necesidades específicas de las personas mayores, que incluyan capacitación en tecnologías digitales y modelos de negocio modernos.
Asimismo, las redes de mentoría que conecten a estos emprendedores con mentores experimentados y otros empresarios resultan fundamentales, ya que crean un entorno colaborativo que promueva el intercambio de conocimientos y el aprendizaje continuo.
Además, es necesario facilitar el acceso al financiamiento a través de mecanismos que eliminen barreras económicas, como la creación de fondos específicos para emprendedores senior y programas que los vinculen con inversionistas ángel.
Por último, es imperativo promover la igualdad de género mediante políticas inclusivas que garanticen a las mujeres mayores el acceso a las mismas oportunidades dentro de los ecosistemas de emprendimiento, asegurando una participación equitativa.
El emprendimiento senior representa una oportunidad valiosa para impulsar el desarrollo económico en América Latina, especialmente en un contexto de envejecimiento poblacional. Sin embargo, para aprovechar este potencial, es esencial que los ecosistemas de emprendimiento se adapten a las necesidades específicas de este grupo. A través de una combinación de políticas públicas, programas educativos y redes de apoyo, es posible transformar los desafíos en oportunidades, creando un entorno para quienes emprende después de los 50 años puedan prosperar y contribuir significativamente al desarrollo de la región.
El autor es Decano Asociado de Facultad de EGADE Business School.