Las acciones que más han ganado durante los últimos tres meses, son aquéllas que brindan un respiro al reacomodo de vida que ha nos traído la pandemia. Los bienes durables para el hogar como herramientas para las actividades del tipo "hágalo usted mismo", las prendas de vestir de lujo y las prendas básicas como pijamas y ropa interior, empresas en los medios que nos brindan una distracción, las empresas de renta de almacenes, remolques y mudanzas, así como algunas de seguros, farmacéuticas y químicas.
Dentro de las 10 empresas que han dado más de 50% de retorno se encuentra Lowe´s, United Rentals, Hanes, Gap, Carrier, Paypal, Principal Financial, CarMax, News Corp, Whirlpool, Dish, Ebay, Sky, AIG, y luego está la que más retorno ha dado de todas, casi doblándose en los últimos tres meses, que es L Brands, la holding de Victoria Secret y Bath and Body Works. Como se puede apreciar, muchas de estas compañías comparten rasgos que son notorios: tienen betas muy altas, baja palanca financiera, bajos dividendos y valuaciones no tan altas, sin embargo, no todas son tan sanas en su generación de utilidad, pues la bolsa a fin de cuentas, siempre captura las añoranzas de sus participantes y éstos hacen apuestas tratando de cazar por lo bajo a aquéllas que, según su estimación, ganarán muy pronto.
Un claro ejemplo es Royal Caribbean, que se encuentra muy apalancada con tremendas caídas de utilidad pero que en los últimos tres meses ha subido un 52%. Best Buy se encuentra en el mismo caso, con caídas de utilidad del 80% y sin embargo, generando gran interés de parte de los inversionistas (retorno a 42% y 13% Ytd), muy por encima de la bolsa en su conjunto. En México, aunque los resultados son también muy preocupantes en lo que los indicadores financieros reflejan, empresas de materiales de construcción como Peñoles, G México y Cemex y empresas financieras y de salud como Banorte y Genoma Lab, así como las de consumo como Arca y Bimbo, han dado retornos por en dólares encima del 40% en lo que va del año.
¿Es entonces la Bolsa un receptor de sabiduría y prudencia, un libro abierto para que personajes de la historia antigua y de la fantasía tomen consejo y solaz? ¿Serían estudiosos de los mercados Salomón, Gandhi o Yoda? La respuesta es un rotundo NO, sería lo último, pues la Bolsa de Valores es la vasija que recoge la emoción en los mercados, ese elemento que va más allá de la prudencia, a la toma de riesgos, las manías extremas y al frenesí de la aventura. Robin Williams decía que a todos nos es dado una pizca de locura, sin la cual no iríamos a ningún lado. Es la Bolsa pues, el lugar en donde depositamos todo nuestro "ánimo de aumento" que es quizás el que nos mantiene el brillo en la mirada, pero nunca encontraremos ahí ese remanso de paz con pátinas de sensatez o de certeza.
Pero, aún a sabiendas de ello, (debemos contemplar, dado que aún en la bolsa, todo vuelve al equilibrio) las preocupaciones que nos estrechan para poder creer por completo este aumento en las bolsas son cada día más graves, especialmente por la valuación que también se vuelve históricamente aberrante, comparada con la utilidad actual, con la utilidad esperada de cierre de año, pero también contra la utilidad incluso de cierre de 2021 y 2022. Estas son algunas de ellas: El destino que tendrá la enfermedad, su vacuna y la vacunación; la guerra comercial de EU y China; la propia economía China y su capacidad para levantar la demanda y no sólo la oferta; el consumo americano y su dependencia de los estímulos, más una elección americana que pueda llevar a un régimen de mayores impuestos. Todo esto más las anteriores tendencias que hoy la pandemia exacerba, como la globalización, el aumento en la pobreza y el endeudamiento público y corporativo, dejan en tela de duda la capacidad de las bolsas de reflejar con justicia el precio que se paga por el riesgo y por las utilidades futuras seriamente expuestas a él. A todo esto, quizás Yoda diría, cabizbajo y cabeceando: Mmmhh!
Publicado originalmente en Reforma.