El "Estado de Derecho" es una expresión muy usada en el medio mexicano, por muchos y muy diversos actores politicos y económicos. Hay quienes dicen que su ausencia es “la” causa del subdesarrollo nacional en todos los órdenes. Otros, afirman que se trata sólo de un aspecto formal de la gobernabilidad, no de un elemento sustantivo. En todo caso, consiste en algo que, si bien no existe a cabalidad en la realidad mexicana, no puede faltar en los discursos.
Los historiadores trazan la genealogía de la idea empezando quizá con Aristóteles, y destacando luego a J. Locke, A. V. Dicey y F. A. Hayek, en épocas mucho más recientes. En lo que toca a cambios institucionales trascendentes, está claro que la imposición definitiva de límites constitucionales a la monarquía inglesa (Siglos XVI y XVII) es el ejemplo por excelencia
¿Qué significa?
El Estado de Derecho es un ideal, el cual forma parte de un conjunto de valores que domina la moralidad política liberal, según lo expresa la Stanford Encyclopedia of Philosophy. Otros valores incluyen la democracia, los derechos humanos, la justicia social y la libertad económica.
En su acepción más simple, entiendo que Estado de Derecho significa que "nadie está por encima de la ley". En otras palabras, que la ley se aplica a todos por igual, incluyendo, por supuesto (sobre todo), a los gobernantes.
¿Cuáles son sus connotaciones principales?
La que sigue es una lista de las más importantes:
• La conducta de los ciudadanos debe ser gobernada por la aplicación de normas generales y conocidas, no por las decisiones arbitrarias de los gobernantes.
• Las leyes deben ser hechas por unas instituciones y administradas por otras.
• Para garantizar la aplicación imparcial de "la Ley", es indispensable la independencia del aparato judicial.
• Los que administran "la Ley" deben tener un mínimo de discreción en su aplicación, porque eso es precisamente lo que el Estado de Derecho quiere establecer.
• Para evitar la acumulación excesiva del poder, es necesario dividirlo.
El caso de México
Los juristas mexicanos no se andan por las ramas en lo que toca a México. Uno de ellos afirma al respecto: "México carece de Estado de Derecho o su Estado de Derecho está seriamente afectado" (José Ramón Cossío Díaz). Por cierto, el propio Cossío dice: "Politólogos y economistas lo juzgan un asunto demasiado importante para dejarlo en manos de los abogados". Tiene razón.
Respecto de la economía, una encuesta reciente levantada por Banxico entre economistas del sector privado, encuentra que de los "factores que podrían obstaculizar el crecimiento de la actividad económica en México", casi la mitad, 48%, se agrupan bajo el renglón de "Gobernanza". Su desglose es el siguiente: incertidumbre política, 16%; falta de Estado de Derecho, 13%; inseguridad, 11%; impunidad, 5%; y, corrupción, 3%. En mi opinión, los tres últimos pueden asimilarse al segundo. En efecto, la inseguridad, la impunidad y la corrupción son síntomas de la fragilidad del Estado de Derecho.
Los economistas piensan que los aspectos clave del Estado de Derecho, relacionados con el desarrollo económico, son el derecho a la propiedad privada y el respeto de las obligaciones contractuales. Su relevancia ha sido probada empíricamente. Tanto así, que ya es parte de "la sabiduría convencional" —aunque se admite la existencia exitosa de su vigencia parcial, como en el caso de China.
La vulnerabilidad de la propiedad privada, la arbitrariedad frecuente de las decisiones gubernamentales, y la inseguridad de los contratos, son cosas de todos los días en México. En consecuencia, no debería sorprender el raquitismo histórico del crecimiento. Tampoco la perspectiva inmediata de su continuación.
Publicado originalmente en Reforma.