Leí el día 8 el discurso reciente del presidente Biden (State of the Union), en la versión publicada por la Casa Blanca. Se compone de frases cortas, una buena parte de ellas dedicadas a la economía. Algunas son certeras; otras, muy controversiales. En lo que sigue me ocupo de comentar las que me parecieron más notables. Todas las citas son literales.
La tasa de desempleo ha caído al 3.4%, la más baja en 50 años. Así es, pero la "tasa de participación" sigue siendo menor que la prevaleciente antes de la pandemia. Sobre el tema, dice Biden: "hemos creado un récord de 12 millones de nuevo empleos, más empleos en dos años que ningún presidente ha creado nunca en cuatro años". Se trata en buena medida, por supuesto, no de "nuevos empleos", sino de una recuperación de los perdidos en ocasión de la epidemia. De hecho, el empleo total en enero 2023 fue apenas 1.6 millones superior al de enero 2020. Los presidentes, por muy poderosos que sean, no crean empleos; los crea en realidad la acción de los particulares: en enero de este año se agregaron (en forma extraordinaria) 517,000 empleos al total; sólo 74,000 de ellos fueron gubernamentales - -financiados con recursos de los contribuyentes- -.
En noviembre del '21, Biden logró la aprobación bipartidista de un plan masivo de gasto en infraestructura, del orden de 1 trillón de dólares. Al respecto, dijo Biden: "... hemos puesto cientos de miles de personas a trabajar en la infraestructura". En la arena política, demócratas y republicanos han estado de acuerdo, hace mucho tiempo, en la necesidad de construir y modernizar toda suerte de obras públicas como carreteras, puentes, presas, etc. Desafortunadamente, a mi juicio, Biden agregó un factor contrario a la eficiencia: "... todos los materiales usados en los proyectos federales de infraestructura van a ser hechos en América". La política se conoce con el nombre de "Buy American" y es muy popular. Sin embargo, conlleva una contradicción con una afirmación del propio Biden, donde señala el papel de la competencia como esencial al capitalismo: "Capitalismo sin competencia no es capitalismo. Es solo explotación". Con un adjetivo menos sonoro, eso lo muestra cualquier libro elemental de economía. Por ello, excluir del mercado a la competencia externa es incongruente.
"La inflación está bajando", dijo con razón el presidente. En apoyo, señaló los precios específicos de la energía y de los alimentos. La mejoría no tiene mucho que ver con la Inflation Reduction Act de su cosecha, sino con cambios en las condiciones internacionales de la oferta de productos, y con el efecto todavía prematuro de la reducción de la laxitud en la política monetaria. Biden puso entonces el énfasis en los controles que ha establecido su administración sobre los precios de ciertos medicamentos, sobre algunas tarifas, etc. Los controles han sido dirigidos a lo que Biden llama repetidamente Big Pharma, Big Tech, Big Corporations, etc. Empero, como se sabe, en ese ámbito la solución de veras no estriba en topar precios oficialmente, sino en reducir el poder de mercado de los participantes, promoviendo la competencia. Big Government no es la respuesta apropiada.
Varios demócratas prominentes (E. Warren, B. Sanders, entre otros) han abogado por un aumento de la carga tributaria sobre los altos ingresos y sobre la riqueza. Biden avaló la idea en su discurso, proponiendo "... hacer por fin que los más ricos y las empresas más grandes empiecen a pagar la parte justa" que les corresponde. Así pues, al existente impuesto mínimo de 15% sobre lo que llamó "Billon dollar companies" planteó agregar un impuesto mínimo sobre los billonarios; y también cuadruplicar el gravamen sobre las recompras de acciones.
No está claro qué quiere decir el "fair share" al que se refiere el presidente. Es posible que el cuadro que sigue contribuya a dimensionar el asunto para el lector.
El tema merece mucho más que lo que permite este espacio, pero hay dos aspectos que sobresalen en las cifras: 1.- la estructura de la carga es progresiva; y, 2.- la población de menores ingresos apenas si es gravada.
El autor es profesor de Economía de EGADE, Business School.
Artículo publicado originalmente en Reforma.