El Cono Sur y sus avatares

Artículo publicado en la sección “Glosas marginales” del periódico Reforma.

Otra vuelta a la tuerca (con disculpas para H. James).

Como era previsible a partir de las elecciones primarias, Alberto Fernández ganó la Presidencia de Argentina el domingo 27 de octubre. Así pues, se confirmaron lógicamente los temores sobre la llegada de otro populista al Gobierno.

Un amigo me hizo llegar un video de catorce minutos del discurso de agradecimiento de Fernández, pronunciado el día de su triunfo. Con franqueza, no fue, ni con mucho, una pieza oratoria memorable. En realidad, consistió en alabanzas repetidas para Cristina Kirchner, una advertencia de los tiempos difíciles por venir (!); la promesa de reconstruir el país a partir de "las cenizas" dejadas por Macri; y, un gastado llamado a la unidad nacional.

Como los mercados ya habían anticipado el resultado, no hubo una reacción negativa muy notoria. De cualquier manera, el banco central reforzó el control de cambios y, en su afán por proteger lo que le queda de reservas de divisas, redujo a sólo 100 dólares por mes (en efectivo) la compra posible por personas fisicas. A lo largo de octubre y hasta el día de las elecciones, según estimaciones, el banco había perdido cerca de 5,000 millones de dólares de su tenencia

Hace cosa de un mes, en estas mismas páginas, escribí: "¿Qué sigue? Es casi seguro que Macri perderá la elección (...) y que la crisis se profundizará con Fernández —quién sabe por cuánto tiempo--. Época mala para los infortunados argentinos. Otra vez cuesta abajo". Ojalá me equivoque.
Se trata, al parecer, de "un triunfo de la esperanza sobre la experiencia", según reza un refrán que se aplica a muchas situaciones. Unos días después, se realizó una manifestación en contra del FMI. Típico: frente a una crisis de origen interno, señalar a un culpable externo.

La crisis chilena y los datos  

Alicia Bárcena es la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), una dependencia de la ONU. La institución tiene su sede en Santiago, Chile. En días pasados, Bárcenas opinó sobre las extraordinarias protestas callejeras en ese país, que han dejado 19 muertos y quién sabe cuántos daños materiales. Al respecto, dijo: "Chile ha logrado reducir la pobreza (...) a niveles impresionantes, pero la desigualdad no". Ahí está entonces, supongo, según Bárcena, la raíz de la crisis. La declaración citada no difiere mucho de otras igualmente facilonas. El problema consiste en que sólo cuenta en parte con el aval de las cifras. Según los cálculos del Banco Mundial, en 1987 la pobreza extrema caracterizaba casi a 12% de la población chilena De ahí en adelante ha tendido casi uniformemente a descender, llegando a sólo 0.7% en 2017. Hasta aquí, Bárcena tiene razón, aunque el calificativo de "impresionante" no le hace justicia a lo sucedido. "Ejemplar", me parece una palabra más apropiada

¿Qué hay de la desigualdad? Si de nuevo recurrimos a los datos del Banco Mundial, resulta que en 1987 el llamado coeficiente de Gini --que es una medida usada internacionalmente-- era 56.2 en 1987, pero fue 46.6 en 2017. Así pues, de acuerdo con la información disponible, y en contra de lo afirmado por Bárcena, en Chile la desigualdad ha disminuido. Es cierto, sin embargo, que sigue siendo muy alta. Hay quien compara desfavorablemente los números de Chile con los de los otros miembros de la OECD. Esto lo juzgo inadecuado, porque la OECD es un club de economías desarrolladas —con un par de excepciones pobretonas, entre las que se encuentra México, por cierto--.

Otra interpretación muy popular, sobre todo entre los "progresistas", es que lo ocurrido es consecuencia de la aplicación del denostado "modelo neoliberal". Esta noción es cuando menos debatible: atribuir los problemas al modelo en cuestión, e ignorar al mismo tiempo sus palpables efectos positivos, no resiste un análisis critico.

Lo sucedido es muy complejo, y escapa a simplismos doctrinarios. "La verdad --decía Wilde— rara vez es pura, y nunca es sencilla".

Publicado originalmente en Reforma.

Ir a opinión
EGADE Ideas
in your inbox