Leí hace poco un artículo bien documentado, que intentó delinear una previsión numérica del crecimiento de la economía mexicana en 2024. Como se sabe, dicho ejercicio es un deporte bajo techo típico del final de un año y del inicio del siguiente. No es difícil practicarlo; lo imposible es convertirlo en aciertos repetidos. A este respecto, se pueden invocar al menos dos razones: 1.la economía es un sistema muy complejo, que desafía los conocimientos de los estudiosos; y, 2.-está sujeta a "choques" impredecibles, de distinto tipo. Sobre esto último, basta con recordar el impacto negativo del infame Covid-19.
En todo caso, y con lo dicho en mente, vale apuntar que los analistas privados suponen que el crecimiento del PIB de México este año será algo así como un 2.5%. Para la misma variable, la SHCP, un poco más optimista, estima un intervalo que va de 2.5% 3.5% (Criterios Generales de Política Económica, 2024).
Ya en ese camino, cabe preguntarse qué tan atinados han sido los augurios oficiales en los pasados seis años.
La Gráfica insinúa una respuesta. Las columnas negras corresponden a lo anticipado por la SHCP; las rojas, al resultado en la realidad. A simple vista, es apropiado concluir que, en los años más cercanos al actual, la capacidad predictiva ha mejorado. La barra gris indica la previsión media (3%) para 2024. El tiempo dirá.
Siguiendo con la comparación, vale la pena considerar lo sucedido en otra de las variables económicas clave: la inflación. La Gráfica 2 es similar a la primera, pero se refiere a las variaciones anuales del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). Los colores de las barras tienen el mismo significado que antes: negro para los pronósticos; rojo para los resultados: gris para lo anticipado.
En este caso, es oportuno señalar que el pronóstico de los analistas privados es 4.2% para el fin del año. La previsión oficial es 3.8%. Este último número es particularmente relevante al menos por dos razones: 1.-está lejos de la meta oficial de Banxico; y, 2.-es el más alto en el periodo considerado. A mi juicio, dicha postura futuraria tiene base.
En total, la ilustración "dice" que, para la SHCP, prever la inflación ha sido particularmente difícil. De hecho, sólo en uno de los años examinados su pronóstico ha sido inferior a la realidad. A nivel de primera aproximación al horizonte económico del 2024, me parece que los números anteriores no son aventurados.
Sin embargo, conviene mantener la atención en un listado abreviado de riesgos, que incluye los siguientes: 1.-la probabilidad de una recesión en Estados Unidos no es cero; 2.-los resultados inciertos de las elecciones, allá y aquí, serán factores de influencia; 3.-el costo del crédito seguirá siendo alto. probablemente más alto de lo que supone "hoy" el mercado financiero; y, 4.-la persistencia de la inflación continuará limitando el diseño y la capacidad de maniobra de las políticas públicas.
El autor es profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en Reforma.