El Banco de la Reserva Federal de Filadelfia (el Philly Fed) publica trimestralmente el resultado de una encuesta entre pronosticadores profesionales. Dicha encuesta es la más antigua de su género en Estados Unidos. No sé si ha sido la más acertada. La he seguido durante mucho tiempo y, en términos generales, sus predicciones son tan confiables (?) como las de cualquiera de las muchas disponibles. Pero tienen una ventaja: son gratis para el usuario.
Fuere como haya sido, el 14 de mayo pasado el Banco dio a conocer la síntesis de los pronósticos combinados de 36 especialistas de las principales variables económicas. Vale destacar un par de ellas.
Los números citados, y otros muy similares, representan buenas noticias para la economía de México --un ámbito donde las buenas nuevas son bastante escasas--. Tanto así, que han dado lugar a una revisión generalizada de los pronósticos correspondientes al PIB de México. La OCDE, por ejemplo, acaba de elevar su predicción de 4.5% a 5%, citando como razón principal el impulso originado en las exportaciones a Estados Unidos.
En todo caso, quizá sea útil revisar lo sucedido a lo largo de los quince años más recientes, tal como se intenta en la gráfica.
La ilustración sugiere algunas observaciones relevantes:
En fin, lo comentado se refiere al evidente "rebote" que se observará muy probablemente en el PIB de ambas economías, y que será más vigoroso en el caso estadounidense.
Sin embargo, en México, la verdadera recuperación, la sostenida, la incluyente, estará lastrada por la penuria de la inversión, sobre todo de la privada. Esto, que ya se ha dicho innumerables veces sin eco oficial, será consecuencia de la fragilidad del Estado de Derecho, lo que mina la confianza empresarial. En ello consiste el problema de fondo. Y está inducido por políticas públicas erróneas.
Artículo publicado originalmente en Reforma.