El promedio de vida de las organizaciones se ha reducido dramáticamente en los últimos años. La llegada de tecnologías disruptivas, junto con metodologías para agilizar procesos, ha permitido modificar el panorama competitivo hacia una mayor exigencia, como nunca lo habíamos atestiguado. Las organizaciones han dedicado sus esfuerzos en los últimos años a modificar y replantear sus modelos de negocio, así como a desarrollar nuevas ventajas competitivas a través de estrategias innovadoras para satisfacer al cliente. Y con la reciente volatilidad del medio ambiente, esta carrera por la supervivencia se ha acelerado.
Hoy, más que nunca, la empresa debe cambiar, sistemáticamente en ciclos cada vez más cortos, para adaptarse y poder sobrevivir.
El momento de cambiar es permanente, pero el cambio requerido no siempre es de la misma magnitud y alcance. Existe un espectro del cambio que va desde cambios menores y localizados hasta transformaciones organizacionales que duran varios años.
Hay organizaciones que cambian en ciclos bien planeados y organizados, y hay otras que viven el cambio a diario para mantenerse vigentes, sobre todo en industrias muy volátiles y dinámicas.
Para que el cambio sea una realidad, debemos darle la relevancia requerida; el éxito del cambio nunca ha sido obra de la casualidad y la improvisación. Mencionemos, entonces, las claves para una lograr una transformación de alto impacto que propicien los resultados esperados.
Visión del Cambio, para establecer el estado futuro deseado a partir del actual
Estrategia, para establecer la mejor fórmula para conseguir resultados
Plan, para establecer un orden con una secuencia óptima en tiempos y alcances
Comité Directivo, involucrado en monitorear el avance y facilitar recursos
Gestión de Proyectos, metodología para planear y ejecutar los cambios
Gestión del Cambio, metodología para asegurar el cambio cultural y humano
Recursos, para que los procesos generen los resultados esperados
Liderazgo, para comunicar, motivar y movilizar para consolidar el cambio
Cultura, para comprometer a la organización hacia nuevos valores y actitudes
No todos los cambios requieren de los elementos mencionados en el mismo grado de intensidad, esto depende, en gran medida, del impacto hacia las variables tecnológicas, administrativas, humanas y culturales, así como recursos comprometidos y la expectativa en los resultados.
En mi experiencia, dos de los ingredientes más importantes para que el cambio se consolide a cualquier escala son la seriedad y formalidad hacia las metodologías que soportan el cambio. Puede ser algo muy simple, como un cambio de proceso, un componente tecnológico o la implementación de un programa para la efectividad con alcance cultural. Todos estos cambios requieren de una planeación formal y una ejecución cuidadosa, incorporando los componentes necesarios para que los resultados se den.
No olvidemos que dos de los pilares más importantes de este proceso son la Gestión de Proyectos y la Gestión del Cambio. Ambos elementos se basan en la “Gestión” o la “Administración”, que implican la Planeación, Organización, Implementación y Control de actividades y que, finalmente, son la clave que permite alcanzar los resultados esperados. Cualquier alteración a esta fórmula fundamental del “Management” genera impactos negativos en el resultado.
Todo cambio debe ser muy bien pensado, muy oportuno y orientado a fortalecer al negocio; no debe haber lugar a dudas o pasos en falso. Cuando comienza el esfuerzo del cambio, la organización tiene que apuntar hacia la misma dirección y con la misma intensidad.
Algunos consejos para que el cambio sea exitoso:
Anticipación: El cambio debe ser bien pensado y planeado, con tiempo para organizarlo debidamente en cada una de sus etapas
Apego a metodologías: Tanto de Gestión de Proyectos como de Gestión del Cambio
Comunicación: Mantener informadas a las diferentes audiencias que son impactadas por el cambio, tanto directa como indirectamente, para darles un tiempo de reacción adecuado
Visibilidad del cambio: El cambio debe estar presente en cada departamento a través de los líderes o agentes de cambio, tanto en la promoción como en el seguimiento de acciones.
Respaldo de la Dirección: Es crítico que cualquier iniciativa de cambio sea respaldada por la Dirección General y cuente con el patrocinio de equipo directivo.
Una última recomendación para lograr los resultados esperados: El cambio debe ser cuidado en todas sus etapas, desde su conceptualización hasta la post-implantación, para que cada actividad del plan se realice con el mismo interés, intensidad y compromiso.
El autor es consultor y profesor de cátedra del Departamento de Estrategia y Liderazgo de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey.
Artículo publicado originalmente en El Financiero.