Seis casos de éxito de economía circular en México y América Latina

Analizamos cómo empresas mexicanas y latinoamericanas implementan prácticas circulares agrupadas en seis acciones: regenerar, compartir, optimizar, cerrar el ciclo, virtualizar e intercambiar

Seis casos de éxito de economía circular en México y América Latina

Un modelo económico como el actual, en el que se explotan indiscriminadamente los limitados recursos del planeta, es claramente insostenible. Nuestro sistema lineal parte de la extracción de recursos vírgenes y termina con su eventual desecho, siendo por diseño contaminante e ineficiente. En cambio, la economía circular busca revertir esta dinámica regenerando los sistemas naturales y sociales y creando oportunidades de prosperidad económica y social, así como nuevos modelos de operación industrial.

Como parte del Grupo de Trabajo de la Agenda 2030 en Economía Circular, el grupo de investigación SWIT de EGADE Business School contribuye a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en México.

En colaboración con el Consejo Coordinador Empresarial y el Pacto Mundial México, recientemente publicamos un estudio en el que se detallan los retos del sector privado, así como las acciones que deben implementarse para alcanzar los objetivos de México en materia de economía circular. El documento “Buenas Prácticas en Economía Circular” brinda herramientas a empresas mexicanas de cualquier tamaño para pasar de una economía lineal a una circular en favor del desarrollo sostenible del país.

Empezando a cambiar el paradigma de negocios

La economía circular es un sistema industrial que es regenerativo o restaurativo por intención y diseño. Es decir, por un lado, prioriza generar impactos positivos, y no solo reducir los negativos; y, por el otro, hace un llamado a repensar la forma en la que se diseñan productos, procesos, modelos de negocios e incluso regiones enteras.

A pesar de su creciente aceptación en México y América Latina, hay poca documentación de casos de éxito de economía circular vernáculos. Este vacío se debe principalmente al desconocimiento del concepto, la falta de condiciones favorables en el entorno y la poca comunicación de los proyectos exitosos. Nuestro documento busca cerrar esta brecha a través de la divulgación de casos muy relevantes en la región que pueden servir de inspiración a organizaciones de distintos sectores.

Y es que el esfuerzo de transitar de un modelo lineal a uno circular implica superar grandes retos, entre los que destaca un cambo sistémico tanto en la operación de las organizaciones como en su modelo de negocios, además de transformar la forma de colaborar con sus stakeholders (grupos de interés).

Aplicando el marco ReSOLVE

Elaborado por la Fundación Ellen MacArthur, usamos este eje rector para clasificar las iniciativas circulares basándonos en los principios clave de la economía circular. ReSOLVE está compuesto de seis dimensiones, acciones u oportunidades: regenerar (Regenerate), compartir (Share), optimizar (Optimize), cerrar el ciclo (Loop), virtualizar (Virtualize) e intercambiar (Exchange).

  1. Regenerar y restaurar el capital natural

En la primera dimensión de ReSOLVE encontramos el caso de éxito de Grupo AlEn, una empresa fundada en Monterrey que fabrica y comercializa productos de limpieza para el hogar. En 2011, la compañía realizó una inversión agroforestal en prácticas regenerativas, sostenibles y de comercio justo con el proyecto Uumbal, dedicado a la producción y procesamiento de aceite de palma y resina de pino certificados.

Para ello, Uumbal ha reconvertido suelos ganaderos de Veracruz, Tabasco, Chiapas y Campeche en forestales y agrícolas, destinando casi 4 mil hectáreas a la conservación de bosque natural y secundario, 10 mil para la siembra de palma y 5 mil para la de pino. Esto ha contribuido a la fijación aproximada de 20,775 tCO2, así como a la protección de más de 300 especies de flora y fauna en zonas de conservación.

Además, ha convertido su planta de palma en autosuficiente energéticamente a través de fuentes renovables. Así, la empresa se vuelve más sostenible, contribuye a restablecer ecosistemas y devuelve recursos biológicos a la biosfera.

  1. Compartir: maximizar la utilización de los activos

La creación de un humedal en Cihuatlán (Jalisco) es un importante paso de la estrategia circular de Arca Continental, segunda embotelladora de The Coca-Cola Company más grande de América Latina.  Con el compromiso de devolver a la naturaleza el 100% del agua que utiliza en sus operaciones, ha construido un humedal capaz de tratar 3 millones de litros por día de agua urbana. El resultado es agua tratada para el cultivo en viveros de flores y la producción agroforestal que usan más de 18 mil productores.

Recientemente, la empresa inició la construcción de otro humedal en el Valle de Mexicali, con una capacidad para tratar 4 millones de litros de agua diariamente, beneficiando a 28 mil personas.

Como ilustra este caso de éxito, la dimensión de “Compartir” se materializa a través de acciones como compartir activos (bienes y/o servicios), reutilizar, participar en mercados de segunda mano, alargar la vida útil a través del mantenimiento, diseño para mejor durabilidad; o el suprareciclaje (upcycling) combatiendo la obsolescencia programada.

  1. Optimizar: “hacer más con menos”

La empresa papelera Bio Pappel creó un modelo propio de economía circular llamado “Bosque Urbano”. Consiste en producir papel y productos de papel de alta calidad a partir de materia prima 100% reciclada, desacoplando así la fabricación del papel y sus derivados de la extracción de recursos naturales vírgenes y extendiendo el ciclo de vida de este material.

Con esta estrategia, la empresa ha logrado disminuir los residuos contaminantes y optimizar el consumo de energía y recursos naturales. Algunas cifras: ha salvado 15.7 millones de árboles, ha capturado lo equivalente a 29 millones de toneladas de CO2 y ha recuperado y reciclado 795 toneladas de papel y cartón.

En efecto, esta dimensión entraña aumentar el rendimiento o eficiencia de un producto/servicio, eliminar residuos en la producción y las cadenas de suministro y reducir el impacto del ciclo de vida de productos/servicios. Se puede aprovechar el potencial del big data, la automatización y la monitorización, ya sea por medio de internet de las cosas o la industria 4.0.

  1. Cerrar el ciclo

A la embotelladora más grande del mundo por volumen de ventas, Coca-Cola FEMSA, le preocupaba el destino de sus enfriadores más antiguos. En 2019 inauguró su planta EOS – REPARE en San Juan del Río (Querétaro) para evaluar los componentes de los enfriadores en puntos de venta y aprovecharlos a través de la recuperación, reparación, reutilización o reciclaje.

La planta ha logrado manejar así hasta el 99% de los componentes de los refrigeradores que han llegado al final de su vida útil, lo que se ha traducido en la reutilización de más de 57 mil piezas de enfriadores en 25 mil equipos nuevos. Este esfuerzo ha ahorrado hasta ahora más de 1.8 millones de toneladas de CO2.

Además de reutilizar, reparar, remanufacturar y reciclar productos, componentes o materiales, esta dimensión del modelo ReSOLVE se promueve la extracción de productos bioquímicos de desechos orgánicos y la cogeneración energética.

  1. Virtualizar los recursos físicos

La economía circular también invita a desmaterializar la operación directa o indirectamente, por ejemplo, a través de agricultura digital, oficina sin papales, conversión de servidores físicos a virtuales, teletrabajo para reducir el uso de espacio de trabajo y viajes, compra digital, música y libros electrónicos, etc.

La petroquímica mexicana Braskem Idesa lanzó la primera resina de polietileno de alta densidad (PEAD) elaborada a partir de material reciclado postconsumo, compuesto de 30%, 50% y 70% de reciclado y resina virgen. Gracias a la adopción de este modelo circular, la empresa aprovecha los recursos naturales en la producción, amplía el ciclo de vida del plástico y genera un impacto ambiental y social positivo.

Sus resultados tienen el potencial de luchar contra el cambio climático mediante la disminución de 2.1 kg de CO2 eq/kg de resina promedio de consumo nacional a 1.8 kg de CO2 eq/kg de resina PEAD. Asimismo, han conseguido reducir en un 80% su huella de carbono.

  1. Intercambiar por nuevas tecnologías o materiales

Natura, compañía brasileña de cosméticos, es la Empresa B más grande del mundo. A través de su estrategia “Circularidad completa de envases” ha alcanzado la plena circularidad de sus embalajes para que sean reutilizables, reciclables o compostables, así como utilizar más de 95% de ingredientes renovables o naturales y mantener más del 95% de sus fórmulas biodegradables.

Asimismo, el 70% del PET que utiliza la marca para sus productos es reciclado y desde 2007 la empresa es carbono neutra, generando impactos sociales y ambientales positivos.

Esta dimensión implica acciones como seleccionar la adquisición de recursos adecuadamente, reemplazar y aplicar nuevas tecnologías más eficientes (impresión 3D, manufactura aditiva) y escoger nuevos productos o servicios más sostenibles (vehículos eléctricos, iluminación LED, transporte multimodal, etc.).

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