¿Que tendría que “hacer” Banxico para bajar las tasas? Para contestar esa pregunta veamos, como lo hemos comentado en otras ocasiones, que componentes tiene una tasa de interés. El modelo más básico es el de la suma de la compensación por inflación, recibir un premio y pagar una prima por riesgo. En el caso de las tasas gubernamentales de corto plazo, esa prima por riesgo no es otra cosa que el riesgo país, y esa es la clave del porque las tasas están en el nivel que están.
Haciendo un poco de historia, para finales del 2018, la tasa objetivo estaba en 8.25% y la tasa actual se sitúa en 4.25%, es decir que prácticamente se redujo a la mitad en un par de años. ¿Qué se necesitaría para bajarla aún más? Vámonos por partes.
El primer componente, la compensación por inflación -como también lo hemos comentado-, desde que se le concedió la autonomía a Banco de México por allá del ’94, el comportamiento de la inflación ha estado a raya, excepción hecha del “gasolinazo” de hace unos años (por cierto, todavía no bajan los precios de la gasolina, lo que pudiera traer una deflación y ayudar a bajar la tasa). La meta de Banxico es del 3% con un rango de entre 2% y 4%. Check en este sentido.
El premio, que es la compensación por posponer el consumo, puede estar dado por la tasa de los TIPS, (Treasury Inflation Protected Securities por sus siglas en inglés en el mercado americano y que son equivalentes a nuestras UDIS) ya que pueden ser un muy buen “proxy” (algo que sustituye al dato que buscamos pero que es observable directamente) para dicho premio.
En donde se atora la cosa es en el riesgo país. Se puede medir de dos formas, una es el EMBI (Emerging Market Bond Index) de JP Morgan, en donde se toma una canasta de bonos gubernamentales de un país y se compara contra una canasta con de bonos gubernamentales emitidos por un país “sin riesgo” con iguales características. Por ejemplo, con igual duración (el punto en el que los flujos de efectivo igualan el efecto por reinversión contra el efecto del pago del principal, para un bono cuponado y con pago del principal al final del plazo) e igual convexidad (que tanto cambia el rendimiento a cambios más grandes de tasas de interés). El riesgo país medido de esta manera es un dato puntual.
Sin embargo, dicho riesgo país también se puede medir utilizando los CDS (Credit Default Swaps) que esencialmente son un seguro en caso de default de un emisor, en este caso México. Con este enfoque se pueden medir el riesgo país a diferentes plazos.
Tecnicismos aparte, el fondo es el mismo: por un lado está la labor de Banxico que debe velar por mantener el poder adquisitivo de la moneda pero por otro está el resto de la conducción del país.
Estas tasas altas son la factura que cobran los mercados por decisiones como cancelar el aeropuerto y pagar por nada; proyectos de dudosa rentabilidad; echar a la basura inversiones enormes con encuestas patito; bloqueos de trenes con solo una manta; pagar por el derecho de tránsito a los toma-casetas; constantes ataques contra cualquier iniciativa que pudiera tener un particular y un largo etcétera cuya causa incausada es imponer una ideología trasnochada exportada por países fracasados. Para bajar las tasas hay mucho por hacer, pero del lado de la conducción del país.
PS: La gente batallando por trabajo y comida y los políticos incrementando su gasto en campañas un 69%. No se vale.
Publicado originalmente en El Financiero.