En finanzas se vive en un mundo de dos dimensiones: riesgo – rendimiento. Se considera que, a mayor riesgo, mayor rendimiento. Esperamos (palabra clave) que si se invierte en un activo (actividad) muy riesgosa, tendremos un jugoso rendimiento. Si graficáramos en el eje de las X, el riesgo y en el eje de las Y, el rendimiento, observaríamos una línea inclinada creciente hacia la derecha.
En un extremo y pido disculpas de antemano por la crudeza, estarían las actividades delictivas: les sale mejor a los criminales dejar este mundo, a que los agarren las autoridades o peor, a que caigan en las manos de los contrarios. Ahí la dejamos.
Al otro lado de ese extremo, al inicio, en el cruce de los dos ejes, no es que la recta parta del origen, cero-riesgo, cero-rendimiento, sino que cruza el eje de las Y un poco más arriba del mencionado origen: se obtiene algo de rendimiento sin riesgo. Ese punto sobre el eje de las Y es la representación gráfica de la tasa libre de riesgo. No alcanza este espacio para comentar todas las implicaciones de ese punto aparentemente inocuo.
¿Quién paga algo de rendimiento y no ofrece riesgo? La respuesta es que son los valores gubernamentales que son emitidos por, valga la redundancia, los gobiernos del mundo. Sin embargo, hay de economías a economías … y de gobiernos a gobiernos.
Cualquier país que emita certificados a cargo de sus tesorerías, entrarían en esta categoría. En nuestro país son los CETES, que se emitieron por primera vez en enero de 1978. Es una forma de financiamiento al gobierno federal, además de que se aprovecha, en el mejor sentido de la palabra, para política monetaria. Por lo tanto, “el Banco de México actúa como agente exclusivo del Gobierno Federal para la colocación, redención, compra, venta … Los títulos se mantendrán en todo tiempo en depósito centralizado en el Banco de México por cuenta de los tenedores”.
Los plazos van de 28, 91, 182, 364 y, recientemente, a 728 días. Se emiten a descuento, es decir, su valor nominal es de MXN$ 10.00, pagándose el día de emisión a un precio menor -un descuento sobre el valor nominal- que hace que el rendimiento llegue a ser el ofrecido.
Los Estados Unidos se emiten los Treasury Bills: traducción literal de certificados de la tesorería. Se emiten solo en formato electrónico, con vencimientos de 4, 8, 13, 17, 26 y 52 semanas. También son a descuento y en cuanto al tema fiscal, hay impuestos federales sobre los intereses ganados, pero no hay impuestos estatales o locales.
Los certificados son libres de riesgo porque los gobiernos, al poder cobrar impuestos, tienen asegurada la fuente de repago.
Con el “raspón” a la calificación crediticia de Los Estados Unidos, bajando un escalón, debería hacer que subiera el rendimiento. Si, pero no, como el meme. Es no porque en última instancia el dólar americano es la moneda de refugio en la actualidad. ¿Será meramente anecdótico el downgrade?
Ps 1. Los libros de texto demuestran claramente el porqué del fracaso de la ideología izquierdista. No solo hay errores factuales, sino el mantenerse en el craso error conceptual de creer en una ideología fracasada. Desbordan resentimiento y hasta rayan en pederastia. Pero se pueden aprovechar: Padres y maestros úsenlos como ejemplo de la falta de inteligencia que reflejan sus autores.
Ps 2. $11,000 pesos al mes o $367 pesos al día es el precio al que venden su voto muchas familias mexicanas. Mantienen la “sabiduría” de los pueblos ancestrales: cambian oro por espejitos.
El autor es profesor de Finanzas de EGADE Business School.
Publicado originalmente en El Financiero.