Se está formando una tormenta perfecta. Empecemos por la inflación. De acuerdo con el Programa Monetario para 2021, “Entre los principales costos de la inflación esta que … afecta a la planeación de mediano y largo plazos de los agentes económicos … conlleva un entorno de mayor incertidumbre, lo cual incrementa el costo real del crédito en la economía … Un entorno de inflación alta afecta a la estabilidad del sistema financiero: Durante periodos inflacionarios, el riesgo de crédito a empresas y hogares aumenta y su evaluación es más incierta, lo que tiende a generar mayores incumplimientos de crédito” y con eso, tasas crediticias más altas.
Esto es lo peor: “La inflación reduce el poder adquisitivo y los salarios reales, con efectos particularmente adversos sobre la población de menores ingresos, lo cual genera una distribución del ingreso más desigual … equivale a un gravamen sobre todo tipo de saldos monetarios [Un impuesto] … hogares que mantienen una mayor proporción de sus ingresos y riqueza en efectivo pagan un mayor impuesto … Por que tienen un acceso más limitado al sistema financiero … el poder adquisitivo de la población de menores ingresos disminuye en mayor proporción que el del resto de la población, lo que amplía la desigualdad económica”.
No es solo es la inflación como tal, sino la expectativa que se crea. En los ochenta se presentaba el fenómeno de las profecías que se auto cumplían: Si “ya sabemos” que los precios van a subir, entonces sube los precios para “protegernos del incremento en precios”. Este efecto en esencia dio origen a la canasta básica y es parte del canal de las expectativas.
Otro elemento es el riesgo país. Una de las maneras de medirlo es por medio de los instrumentos denominados Credit Default Swaps. Considerémoslos que, así como hay seguros de automóvil, enfermedad, etc. estos son un seguro por incumplimiento de pago. Si lo aplicamos a un país, entonces nos da una idea precisamente de su riesgo. Como se publicó en este medio, este “miércoles [24 de Noviembre] el Credit Default Swap (CDS) a cinco años se ubicó en 110.67 puntos, un incremento de 6.9 por ciento respecto a lo registrado el día martes y su mayor nivel desde el 31 de marzo pasado ...” El riesgo país captura lo que no es inflación ni riesgo de incumplimiento: corrupción, inseguridad, buenas o malas decisiones del gobierno, estado de derecho o su falta, etc.
El tipo de cambio es otra fuente de riesgo. Las tasas de interés y los tipos de cambio, aun cuando la relación no es tan evidente a primera vista, van de la mano. Eso por no decir el efecto “pass-trhough” por el que el tipo de cambio afecta a los precios y por ende a la inflación. Se agrava con la salida -¿estampida?- de capitales. Desde luego, la madre de todos los riesgos sistémicos: el coronavirus y su nueva variante, la ómicron.
Con esa sopa de riesgos, en una de las quince economías más grandes del mundo, cuya moneda se opera 24 horas al día; un monto de comercio de más de un millón de dólares por minuto; población de mas de 120 millones de personas y un gran etcétera, uno esperaría que se pusiera al frente de su banco central a una persona con amplia trayectoria para la conducción de su política monetaria. Sin nada en contra de nadie, pero de programar pagos a proveedores a cumplir a cabalidad el objetivo de Banxico, hay un gran abismo. Seguro que eventualmente alguna generación venidera ya se recuperará del golpe.
El autor es profesor de Finanzas en EGADE Business School.
Publicado originalmente en El Financiero.