Que nadie se quede atrás

Quien esté bien, que salve a quien lo necesita hasta sacarlo del peligro

Tanto en Hollywood como en la vida real, en el campo de batalla, a los heridos, los rezagados por cualquier causa o atrapados atrás de las líneas enemigas no se les abandona, sino que, quien esté bien, que salve a quien lo necesita hasta sacarlo del peligro.

De hecho, hay una serie en National Geographic que se llama así y mencionan que, aunque estén “Atrapados en territorio enemigo, cazados por fuerzas hostiles … sin embargo, regresaron a casa”. Spoiler alert, pero no de la serie: no se trata de echar a perder la -seguramente- deliciosa cena de navidad disfrutada con la familia -probablemente con algunos excesos de esta temporada-.

No. Se trata de hacer conciencia de que hay compatriotas que no cenaron bacalao o romeritos o el tradicional pavo. Probablemente no cenaron nada. Ni comieron ese día y quien sabe si habrían comido al día siguiente.

De acuerdo con el CONEVAL, en su análisis Estimaciones de pobreza multidimensional 2018 y 2020 se presentan cifras que nos debieran parecer escalofriantes -a menos que nos falte algo de humanidad-. Los Indicadores de carencia social miden el rezago educativo (24.4 millones de personas, cifras al 2020); carencias por acceso a los servicios de salud (se disparó de 20.1 a 35.7 millones de personas del 2018 al 2020); acceso a la seguridad social (66 millones de personas); calidad y espacios de la vivienda (11.8 millones de personas); acceso a los servicios básicos en la vivienda (22.7 millones de personas, que también decreció en casi 2 millones de personas) y, el que nos atañe para estas fiestas decembrinas (aunque no para todos es una fiesta): Para el 2016, había 26.5 millones de personas que tuvieron Carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad. Para el 2018, aumento un millón de personas más para llegar a 27.5 y para el 2020 fueron 28.6 millones de personas, otro millón mas.

Hay lo que se conoce como Grado de inseguridad alimentaria que comprende el acceso en todo momento a comida suficiente para llevar una vida activa y sana. También está la Limitación en el consumo de alimentos que es una medida agregada de la frecuencia de consumo de doce grupos de alimentos en el hogar que considera las ponderaciones que el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas recomienda. Estos conceptos se publicaron en el DOF como los Lineamientos y criterios generales para la definición, identificación y medición de la pobreza el 30 de octubre del 2018 pero ya desde el 2004 se había publicado la Ley General de Desarrollo Social, -aprobada por unanimidad- pero van dieciocho años y empeorando.

En su anexo nos dice que “No padecer hambre es el mínimo nivel que debe estar garantizado dentro del derecho a la alimentación” y “se considera en situación de carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad a los hogares que presenten un grado de inseguridad alimentaria moderado o severo, o presenten limitación en el consumo de alimentos.”

Los modelos económicos que siguen las izquierdas son más igualitarios, pero para mal: acaban con la riqueza buscando una supuesta nobleza en la pobreza. Los modelos económicos de la derecha logran de facto más desigualdad y todo porque no se voltea a ver a los que se quedan atrás. Esperar que solo la mano invisible logre sacar de la pobreza pudiera darse en el largo plazo, pero ¿que comen mientras esos 28.6 millones? En la segunda parte de esta columna, propondremos hacer a un lado a los políticos ya que claramente no han dado resultados.

El autor es profesor de Finanzas de EGADE Business School.

Publicado originalmente en El Financiero.

Ir a opinión
EGADE Ideas
in your inbox