El valor del dinero en el tiempo

La parábola de los talentos nos enseña que ganar dinero no es nada malo: todo lo contrario, es casi “obligatorio”

Había una vez un proyecto que se llamaba Monterrey VI que claridosos y muy pagados de sí mismos opinólogos consideraban que “el abasto de agua a Monterrey estaba garantizado”. (Aviso de sarcasmo) Seguramente andan sin internet y en sus casitas por la pandemia porque ya no se escuchan sus atinadas opiniones.

Parte de las razones por las que se dio la cancelación es que se sumaban todos los pagos que se iban a hacer y claro, suman una cantidad que aparenta ser estratosférica, pero se están sumando peras con manzanas. Independientemente de las características técnicas del proyecto -ahora con revisión al trazo y otras características- se tendrán tres componentes: la inversión, los gastos de operación y el costo financiero pero repartido en el tiempo. Si el financiamiento iba a ser a 27 años, luego entonces no podemos sumar, en suma simple, un monto que se pagaría dentro de 27 años con un monto el día de hoy.

Si Ud. prestara dinero a ser pagado en un año esperaría, dentro de un año, el monto que prestó -el principal- mas un beneficio que tendría que incluir tres componentes. Primero, una compensación por la inflación (esperada). Si presta 1,000 pesos y recibe 1,000 pesos en un año no compra lo mismo: perdió poder adquisitivo.

Además, quien le pidió prestado tendrá un beneficio en lo que sea que vaya a destinar ese recurso, pero Ud. no, por lo que querrá una compensación por su “sacrificio”. Para darnos una idea de la compensación en términos reales, se puede tomar como referencia a las UDIS en México o los TIPS en Estados Unidos. Pagan un rendimiento real por encima de la inflación.

No es lo mismo prestarle a una persona física, a una empresa con buenas perspectivas, al gobierno de México, o al gobierno de la economía más prospera en la actualidad. La compensación por riesgo de incumplimiento es decreciente en esta comparación. Una manera de calcular el riesgo país es precisamente comparar la tasa de interés que paga una canasta de bonos mexicanos contra una canasta de bonos de una economía prospera. Hoy la economía de referencia es Estados Unidos; en otras épocas fueron otros países.

Si cambiamos la perspectiva y ahora es Ud. quien pide prestado, no querrá pagar los intereses el día de hoy sino hasta obtener el beneficio del gasto o inversión que vaya a realizar (aunque hay modalidades de préstamos pagando los intereses por adelantado, lo cual se considera en la tasa).

La parábola de los talentos nos enseña que ganar dinero no es nada malo: todo lo contrario, es casi “obligatorio”. Una forma sería precisamente el prestar dinero para proyectos productivos como el sustituto de Monterrey VI; mejor aún, ¡desalinizadora con Texas!

Tomado del internet: “¿Sabías que es posible decir “No sé lo suficiente sobre algún tema como para tener una opinión?”

Ps. El reporte de The Economist que sitúa a México como un régimen híbrido resulta benevolente. El que se catalogue a quienes nos damos cuenta de la incongruencia entre el discurso y la realidad de como viven los del régimen, como traidores a la patria, dejó al descubierto su verdadero talante represor. Tenía entendido que la T era de transformación, pero resulta que es de Totalitarismo. Hay que aprovechar el poder decir lo que uno piensa antes de que vengan, al mas puro estilo del Khemer Rouge, los campos de reeducación o los azotes como en el medio oriente. Reprimir la libertad de prensa es reprimir la libertad de opinión: es simplemente reprimir la libertad.

El autor es profesor de Finanzas en EGADE Business School.

Publicado originalmente en El Financiero.

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