El crédito

En días pasados se dio a conocer un análisis de Goldman Sachs sobre la Banca mexicana y su caída del préstamo otorgado

La caída es brutal: 14% en términos reales, lo que implica que en términos nominales es un dato cercano al 20%. De hecho, al consultar la información de la cartera bancaria en la página de la CNBV, únicamente en lo que se refiere a cartera de empresas y comparando mayo del 2021 a un año antes, los datos son impactantes: los acreditados en moneda nacional cayeron 9% para llegar a 496,109 acreditados, cifra que incluye poco más de 28,000 acreditados en cartera vencida. Recordemos que antes de la pandemia, había mas de 4 millones de empresas cerrándose 1 millón de empresas que representaron 3 millones de empleos perdidos.

El número de créditos en moneda nacional cayó un 0.3% para situarse en 835,834 créditos, incluyendo un poco menos de 30,000 créditos vencidos. En cuanto al rubro de responsabilidad total, la situación del crédito vencido en moneda nacional creció 3% para llegar a un monto de Ps$ 48,036 millones, mientras que el crédito vigente en moneda nacional decreció un 10% para llegar a un monto de Ps$ 1,870,369 millones.

Sin embargo, esta información se debe complementar a la luz de una encuesta que realiza Banco de México de manera trimestral: Evolución del Financiamiento a las Empresas durante el Trimestre, en este caso, enero – marzo de 2021 publicado en mayo y que es la ultima disponible.

Parafraseando el reporte, de las fuentes de financiamiento utilizadas, dos terceras partes de las empresas se financia con proveedores, muy alto, sí, pero decreció de un 77% en el reporte anterior. Más aún, si graficáramos estas proporciones, se vería que ya desde el primer trimestre de 2019, se había mantenido el nivel cercano al 80%.

Un poco más de un tercio se financia de la banca comercial. Sin embargo, la proporción de empresas que no solicitaron crédito bancario se mantiene en un rango relativamente constante de alrededor de un 75%. Llegando a un máximo de 80% en el cuarto trimestre del 2020.

Un 18% utiliza financiamiento de otras empresas de su mismo grupo incluyendo la oficina matriz; apenas un 4.8% se financia de la banca de desarrollo; un 5.6% de la banca extranjera, y un raquítico 1.6% emite deuda.

Menos de la mitad, un “46.0% de las empresas indicó que contaba con créditos bancarios al inicio del primer trimestre de 2021”. Solamente un poco más del 20% contrató créditos nuevos, aunque es justo decir que la misma encuesta reporta que las empresas vieron condiciones más favorables en cuanto a las tasas de interés.

El reporte presenta un análisis cualitativo respecto de las limitantes para utilizar nuevos créditos bancarios: “la situación económica general (56.0%); las tasas de interés un 46.8%; los montos exigidos como colateral (43.3%); las ventas y rentabilidad de la empresa (43.1%); condiciones de acceso al crédito bancario (41.9%) … disposición de los bancos a otorgar crédito (41.3%); capitalización de la empresa (35.5%); dificultades para el pago del servicio de la deuda bancaria vigente (30.8%) y la historia crediticia de su empresa (27.4%)”.

El gran tema es el financiamiento con proveedores que crea un nudo gordiano: las cuentas por pagar de una empresa son las cuentas por cobrar de otra empresa. Las recomendaciones de “paga a tus proveedores después y cobra antes a tus clientes” tan de moda al inicio de la pandemia, son demasiado simplistas. Habría soluciones a esta situación, pero se requiere de la voluntad de los actores, incluyendo a un NAFINSA que le falta protagonismo.

El autor es profesor de Finanzas de EGADE Business School.

Publicado originalmente en El Financiero.

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