Una de las medidas del crecimiento de la economía es a considerar el incremento, en términos reales, del producto interno bruto (PIB). Se puede definir por el lado de la producción o por el lado del ingreso y de acuerdo con el CFA es “El valor de mercado de todos los bienes y servicios finales producidos dentro de la economía de un país en un período de tiempo determinado (definición de producción) o, en forma equivalente, el ingreso agregado obtenido por todos los hogares, todas las empresas y el gobierno dentro de la economía en un período de tiempo determinado (definición de ingresos).”
Continuando “… Para garantizar que el PIB se mida de manera consistente a lo largo del tiempo y entre países, se utilizan los siguientes tres criterios generales:” Primero, Todos los bienes y servicios incluidos en el cálculo del PIB deben producirse durante el período de medición aún y cuando se siga utilizando algún bien.
Segundo, Los únicos bienes y servicios incluidos en el cálculo del PIB son aquellos cuyo valor puede determinarse si son vendidos en el mercado. El propósito de esta condición es que los precios sean determinados objetivamente, sin consideraciones. Para otros propósitos se requieren hacer valuaciones, por ejemplo, de las acciones de una empresa que no cotiza en bolsa, pero no así para una empresa que sí cotizara, a menos que tuviera una liquidez muy pobre.
Tercero, Sólo el valor de mercado de los bienes y servicios finales se incluye en el PIB. En este sentido, los bienes intermedios, que son aquellos que se suman a un proceso productivo, no serán tomados en cuenta sino únicamente lo que es adquirido por el consumidor final.
La fuente fidedigna por antonomasia de la medición del PIB es el INEGI. La metodología se establece en el documento Sistema de Cuentas Nacionales de México y en su página nos indica que “El Producto Interno Bruto Trimestral ofrece, en el corto plazo, una visión oportuna, completa y coherente de la evolución de las actividades económicas del país, proporcionando información oportuna y actualizada, para apoyar la toma de decisiones.
Para su cálculo se utilizan: el esquema conceptual, los criterios metodológicos, la clasificación de actividades económicas y las fuentes de información, que se emplean en los cálculos anuales del Producto Interno Bruto. Este cálculo se alinea con las cifras anuales utilizando la técnica Denton, garantizando la compatibilidad entre los productos de Cuentas Nacionales.”
El crecimiento en términos reales para el año 2018 fue de 2.2%; para el 2019, de menos -0.2% (ya es una caída antes de la pandemia); para el 2020, una de las caídas más importantes de los últimos tiempos, fue de menos -8%; para el 2021, 4.7%. Para el cierre de este año, así como para los siguientes años, podemos consultar la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, que lleva a cabo Banco de México entre 36 grupos de análisis y consultoría. El consenso, considerando la mediana a noviembre (lo más reciente) se estima, para 2022 de 2.8%; para 2023 de 0.95% y para 2024 de 1.90%. De darse esos crecimientos, en el período 2018 a 2024 será de 1.66%. En todo el período.
Si vemos los componentes del PIB de México, 2/3 partes corresponden al consumo. Esto es consistente con las economías occidentales. En pocas palabras, habría que incentivar el consumo para que se necesite mayor producción, que por tanto genera mayor empleo, el cual no solo no necesita de apoyos gubernamentales, sino que paga impuestos que pueden apoyar mejor a los necesitados. No es rocket-science.
El autor es profesor de Finanzas en EGADE Business School.
Publicado originalmente en El Financiero.