Confianza y consumo

Sin consumo, no hay crecimiento económico pagándose menos impuestos que apoyan a los más necesitados

Con cifras a mayo de este año, el INEGI acaba de publicar el Indicador mensual del consumo privado en el mercado interior, el cual “mide la evolución del gasto realizado por los hogares en bienes y servicios de consumo, tanto de origen nacional como importado … [dando] seguimiento mensual al componente más significativo del producto, por el lado de la demanda … Se excluyen las compras de viviendas u objetos valiosos”.

En su comparativa anual, el indicador creció 6.3%, desglosado en cuánto es el componente nacional, que creció 5.3%, con los servicios un 9.2%. Los bienes importados crecieron un 12.8%. El tema es que, contra el mes previo (abril 2022) presento una caída: menos 0.4%, el componente nacional menos 0.7% pero el componente importado creció 0.6%.

Desde enero del 2017, en esencia la tendencia había sido de crecimiento; Para marzo del 2020 se presentó la primer caida, y continuó para abril y mayo del mismo año. De ahí que si se compara contra la base que es baja se presenta el crecimiento relativamente alto del mencionado 6.3%. De junio del 2020 -con excepción de febrero del 2021- básicamente había venido creciendo, superando en abril del 2022, el máximo histórico. Algunos analistas comentan que pudiera deberse a un deterioro en la capacidad de consumo posiblemente debido a la inflación.

A este indicador se suma el Indicador de confianza del consumidor elaborado entre INEGI y el Banco de México, “en 32 ciudades del país —que comprenden a la totalidad de las entidades federativas— … resulta de promediar cinco indicadores parciales que recogen las percepciones sobre la situación económica actual del hogar de las y los entrevistados respecto a la de hace un año; la situación económica esperada del hogar dentro de 12 meses; la situación económica presente del país respecto a la de hace un año; la situación económica esperada del país dentro de 12 meses y qué tan propicio es el momento actual para la adquisición de bienes de consumo duradero.”

A julio de este año, el indicador de confianza del consumidor tuvo una disminución de 3 puntos contra el año pasado. En la comparativa mensual, la caída fue de menos 1.7 puntos. En cuanto a la situación económica de los miembros del hogar comparada con la que tenían hace 12 meses, apenas cayó menos 0.6 puntos, básicamente sin cambio. En relación a las posibilidades para realizar compras de aparatos electrodomésticos contra el año 2021 básicamente también está igual.

Son dos los problemas: “la situación económica esperada de los miembros del hogar dentro de 12 meses respecto a la actual” presenta una caída de menos 4.9 puntos y la peor, “la situación económica del país esperada dentro de 12 meses, respecto a la actual” tiene una fuerte caída de menos 7.4 puntos. Más aún, la tendencia es a la baja desde el mes mayo de este año. Dista mucho del record en febrero del 2019.

Son dos indicadores fundamentales, ya que un poco más de 2/3 del PIB, corresponden al consumo privado. En los setentas el chiste era que, “por la mala situación del país, había mayor consumismo … con su mismo traje, con su mismo carro, con su mismo …”. Sin consumo, no hay crecimiento económico pagándose menos impuestos que apoyan a los más necesitados (para los partidos políticos, hasta sobra). Recordemos: no hay nobleza en la pobreza.

PS: Francamente prefiero las elecciones organizadas por el INE a las que hay que agarrarse a golpes, embarazar o quemar urnas y un largo etcétera. Claro, es la rebatinga por Ps$ 1,835,107,842.00 pagados por nosotros.

El autor es profesor de Finanzas en EGADE Business School.

Publicado originalmente en El Financiero.

Ir a opinión
EGADE Ideas
in your inbox