La producción y el consumo sostenibles significan hacer más y mejores cosas con menos recursos, evitando poner en riesgo las necesidades de generaciones futuras. La adopción de modalidades de producción y consumo sostenibles fomenta el uso eficiente de recursos y la eficiencia energética que no dañe al medio ambiente, minimice el uso de recursos naturales, facilite el acceso a servicios básicos y la creación de empleos ecológicos y con buenas condiciones laborales, y por ende, mejore la calidad de vida para la sociedad. Garantizar estas modalidades sostenibles figura como objetivo 12 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la Asamblea General de las Naciones Unidas para lograr un futuro mejor y más sostenible.
A pesar de los desafíos (altos niveles de pobreza y desigualdad) que enfrentan los países de la región de Centroamérica para la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, son cada vez más las empresas en la región que apuestan por modelos de producción y negocios sostenibles.
Nestlé Centroamérica realizó el lanzamiento regional de la iniciativa RE reafirmando su compromiso con el planeta e impulsando a la sociedad a adoptar un estilo de vida sostenible, logrando que el 82% del consumo de energía en las fábricas de Centroamérica provenga de fuentes renovables. Igualmente, redujo en la última década en 94% los residuos enviados a vertederos en sus fábricas, reduciendo alrededor del 40% del consumo de agua por tonelada producida en sus centros de fabricación y en un 90% las emisiones de gases efecto invernadero, esperando alcanzar cero emisiones netas en toda la cadena de valor para 2050. Los pilares fundamentales de su estrategia incluyen desarrollar empaques sostenibles, reusables y rellenables, crear un futuro libre de basura fomentando políticas con enfoque circular, así como educar e incentivar a la sociedad en comportamientos sostenibles.
Roché presentó por segundo año su reporte anual sobre sostenibilidad en el que comparte su compromiso con un enfoque holístico, integrando tres dimensiones para la sostenibilidad; sociedad (contribuir a un mejor mañana), medio ambiente (reducir el impacto en la naturaleza y el ambiente), y economía (invertir en avances médicos y crear puestos de trabajo que garanticen la subsistencia y prosperidad). Con este enfoque, han logrado contribuir al ODS 12 consiguiendo que el 80.2% de los residuos generados fueran valorados mediante acciones de reciclaje, compostaje y coprocesamiento, reduciendo el impacto ambiental en su operación. Adicionalmente, contribuye a otros ODS a través de 40 iniciativas implementadas en la región Caribe, Centroamérica y Venezuela, que reflejan su compromiso con el desarrollo sostenible.
Para Unilever, las marcas de vida sostenibles son aquellas que tienen un propósito socioambiental, desarrollando productos para reducir a la mitad su huella ambiental y aumentar el impacto social positivo. Unilever, que ha liderado los rankings en sostenibilidad en los últimos años, trabaja para llevar a todas sus marcas por el camino de la sostenibilidad, demostrando así que las marcas con propósito son también marcas fuertes en crecimiento. En Latinoamérica, por ejemplo, el 100% de las botellas utilizadas para la comercialización de mayonesa Hellmann’s son recicladas, mientras que las botellas de Dove utilizan plástico reciclado. A esto se suman, entre otras iniciativas, el hecho de que el 100% de la energía utilizada en sus operaciones proviene de fuentes renovables, y una planta de aerosoles en México que genera cero emisiones.
Por último, Walmart de México y Centroamérica ha sido reconocido desde un par de décadas como empresa socialmente responsable por su crecimiento sostenible. Con la ambición de ser una empresa regenerativa, ha implementado iniciativas de sustentabilidad con tres prioridades; cambio climático, economía circular (reduciendo el uso de recursos naturales y la generación de residuos, y reintegrando materiales a nuevos ciclos de valor), y capital natural (a través del abastecimiento sustentable y la protección de recursos naturales). Con estas iniciativas ha logrado que el 78.7% de sus empaques sean reciclables, que el 54.6% de la energía para sus operaciones provenga de fuentes renovables, ha reducido un 7.7% la intensidad de emisiones alcance 1 y 2 en 2022 respecto 2021, y cuenta con 25 centros de reciclaje.
Estos son algunos casos que ayudan a ejemplificar el compromiso de las empresas en Centroamérica para la implementación de las iniciativas que contribuyen a los ODS en temas de producción y consumo responsable. Para lograr un consumo y producción sostenibles, es necesario adoptar un enfoque sistémico y la cooperación entre todos los actores participantes en la cadena de suministro, desde el productor hacia el consumidor final, sensibilizando y educando al mismo en el consumo responsable. De la misma forma, es necesario seguir fomentando alianzas estratégicas entre las empresas, minoristas, medios de comunicación, consumidores, investigadores, gobiernos, organizaciones no gubernamentales, y organismos de cooperación para el desarrollo que promuevan y formulen políticas encaminadas hacia la promoción y cumplimiento de las iniciativas para el cumplimento de los ODS.
Las autoras son líder del Grupo de Investigación-Área Temática en Producción, Comercialización y Consumo Responsable de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey (María de la Paz Toldos Romero) y profesora investigadora del Grupo de Investigación-Área Temática en Producción, Comercialización y Consumo Responsable de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey (Nancy Berenice Ortiz Alvarado).
Publicado originalmente en Forbes Centroamérica.