Existe un antes y un después del 1 de abril de 1994. Esta semana fue cumpleaños de la autonomía del Banco de México. El 20 de agosto de 1993 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el DECRETO por el que se reforman los artículos 28, 73 y 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que decía: “CARLOS SALINAS DE GORTARI, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, a sus habitantes sabed:
ARTICULO 28.- … El Estado tendrá un banco central que será autónomo en el ejercicio de sus funciones y en su administración. Su objetivo prioritario será procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional ... Ninguna autoridad podrá ordenar al banco conceder financiamiento.
No constituyen monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva, a través del banco central en las áreas estratégicas de acuñación de moneda y emisión de billetes. El banco central … con la intervención que corresponda a las autoridades competentes, regulará los cambios, así como la intermediación y los servicios financieros ... La conducción del banco estará a cargo de personas cuya designación será hecha por el Presidente de la República con la aprobación de la Cámara de Senadores … desempeñarán su encargo por períodos cuya duración y escalonamiento provean al ejercicio autónomo de sus funciones; sólo podrán ser removidas por causa grave y no podrán tener ningún otro empleo, cargo o comisión ... Las personas encargadas de la conducción del banco central, podrán ser sujetos de juicio político conforme a lo dispuesto por el artículo 110 de esta Constitución”.
El Banco de México funcionaba como la caja chica del gobernante en turno. Bastaba que el omnipotente presidente tuviera a bien dar indicaciones de darle vueltas a la maquinita para que se imprimieran más billetes, sin importarle que se creara inflación (“las maquinitas”, -la impresión de billetes- se lleva a cabo en la Ciudad de México y en El Salto, Jalisco desde el 2018). Todo cambió a partir de esta oración: Ninguna autoridad podrá ordenar al banco conceder financiamiento. Es la esencia de la autonomía del Banco de México.
Su raison d’être -también plasmada en ese mismo artículo- es procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional. Se han empleado una serie de mecanismos para controlar la inflación que iban desde la canasta básica, las bandas de flotación (evitando el pass-through), el corto y ahora la tasa objetivo.
La autonomía generó la necesidad de eliminar dichas bandas de flotación: algo necesario, pero implementación fallida. ¿Por qué se tenían que eliminar? Por El Trilema: no se puede tener una política monetaria independiente, libre flujo de capitales y -al mismo tiempo- un tipo de cambio estable. Se optó por los primeros dos aspectos.
Consultando la historia de las tasas, en o cercana a la fecha de la autonomía, la TIIE 28 estaba en 88.46%; los CETES a 28 días, en 75%; el plazo máximo de CETES era 364 días cotizando en 50.04%; la inflación de abril de 1994 a abril de 1995 era de 29.39% con promedio mensual era del 2.17%.
Ps 1. 9 a 5. ¿MXN 239.5 millones birlados -aunque lo nuevo sea dar factura- por trabajar de 9 a 5? Replanteemos la pregunta ¿Se nos acabó la cultura del esfuerzo, la exigencia y cero-apatía de las generaciones anteriores -esencia de Nuevo León- como para que no solo no pase nada sino ahora inauguremos un inexperto nepotismo?
Ps 2. Andar atravesando a México para defender a presuntos narcotraficantes fue la causa de la invasión a la embajada mexicana.
El autor es profesor de Finanzas en EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en El Financiero.