Parafraseando a Shakespeare: ¿acoplamiento o desacoplamiento? He ahí la cuestión. El acoplamiento se refiere a la sincronización -o no- entre los incrementos a las tasas objetivo como decisión de política monetaria entre el Banco de México y el FED.
El último incremento de 75 puntos básicos en la tasa objetivo de Banxico corresponde al mismo incremento que realizó el FED unos días antes. Es decir solamente estaban separados por las fechas en que se reúne cada país para determinar sus respectivas políticas monetarias. Pero, ¿qué habría pasado si Banco de México hubiera tomado otra decisión? Y segundo, si bien los incrementos son iguales, la base -el punto de arranque- no son los mismos.
Recordando la historia patria, la tasa objetivo mínima estuvo en 3% entre el junio de 2014 y diciembre de 2015. Ha habido dos epocas en las que se han presentado los máximos de 8.25%, de agosto del 2008 al enero del 2009 y posteriormente de diciembre del 2018 a agosto del 2019.
Para quienes les gusta relacionar a las decisiones de política monetaria con los períodos presidenciales, con Calderón, aunque entró en el 2006, la tasa objetivo comenzó en enero del 2008 con 7.5%, tuvo un máximo de 8.25% y terminó su presidencia con un mínimo de 4.5%. Con Peña Nieto, se presentó el mimimo minimorum de 3% pero 8.0% al ultimo día de su presidencia.
De acuerdo con BloombergLinea “La carrera de las tasas de Banxico y la Fed. Banxico comenzó a subir la tasa de interés antes que la Fed, la cual inició el ciclo alcista en marzo de 2022″. Efectivamente, Banxico tomo las siguientes decisiones: para diciembre de 2019, cuando el mundo apenas se estaba enterando de la pandemia, la tasa objetivo estaba en 7.25%. Dadas las circunstancias, el mínimo se presentó en febrero del ‘21 con 4%, comenzando el ciclo alcista en junio del ‘21, continuando en agosto, octubre y noviembre del ‘21, con incrementos de 25 BP llegando a 5%. Los incrementos se vuelven más agresivos: 50 BP en diciembre del ‘21, otro tanto en febrero, marzo y mayo del ‘22 y acelerando a 75 BP ahora en junio de 2022, para llegar a 7.75%.
Hasta marzo del ‘22 el FED había tenido una tasa objetivo de FED Funds de entre 0 y 0.25% y es cuando decide tener un incremento de 25 bp, seguido en mayo con 50 BP y ahora en junio un incremento ya de 75 BP para llegar al rango de entre 1.5 y 1.75%.
¿Qué habría pasado si se presentan desfases o inclusive deciones encontradas de política monearia? Fisher nos dá la respuesta. Los tipos de cambio y las tasas de interés, aunque no es tan evidente, están intimamente relacionados. De no acoplarse o inclusive adelantarse, la consecuencia se daría en el tipo de cambio. De manera simplista, cuando el Banco Central modifica su tasa objetivo, afecta a las demás tasas. Si conviene invertir más en otro país, se demanda esa moneda, presentándose una depreciación.
Nótese que se parte de bases distintas: de entre 0 y 0.25% en Estados Unidos contra niveles de hasta 8% en México. Esto es -en esencia-, el riesgo país que pone precio a las buenas, malas, distractores y/o ausencias de decisiones gubernamentales, la corrupción, el cálculo político, entre otros. Pasan factura.
Ps. No se vale no indignarse con la reciente barbarie en Puebla, los asesinatos de sacerdotes y un largo etcétera. Una noticia negativa opaca a la anterior. No está bien que siga este circulo vicioso en el que se metió a México. Ya basta.
El autor es profesor de Finanzas en EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en El Financiero.