La campaña presidencial estadounidense de 2015-2016 reveló sorprendentemente que, más allá del progresivo aumento de la inversión transfronteriza y el comercio, existe entre los países miembros del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) una creciente vinculación en el ámbito sociopolítico. Los notables efectos de la campaña sobre los mercados financieros mexicanos (y, en menor medida, sobre los canadienses) sugieren que los eventos políticos del país vecino contaminan significativamente a los mercados financieros de sus socios comerciales.
Desde la precampaña para la nominación del Partido Republicano, Donald Trump expresó su oposición a que millones de ciudadanos extranjeros (la mayoría de nacionalidad mexicana) vivan y trabajen en los Estados Unidos sin autorización legal, comprometiéndose a expulsarlos de su territorio. También prometió construir el célebre muro en la frontera para detener la inmigración ilegal y el tráfico de drogas. Además, frecuentemente habló de cancelar el TLCAN en caso de que una revisión exhaustiva no pudiera hacerlo “más justo para Estados Unidos”.
La mayoría de las veces que Trump manifestó propuestas contrarias a los intereses comerciales de México o contra ciudadanos mexicanos se observaron efectos negativos en el tipo de cambio peso/dólar y en el desempeño de la Bolsa Mexicana de Valores. Incluso cuando la campaña de Trump registraba algún progreso, de acuerdo con las encuestas electorales y los mercados de apuestas, el peso mexicano se depreciaba con respecto al dólar americano, y el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) tenía un desempeño negativo. Por el contrario, los comentarios de la contendiente demócrata, Hillary Clinton, mucho más amigables y comprensivos hacia México, tuvieron un efecto positivo en las mismas variables financieras. Sin embargo, los efectos de los discursos de ambos candidatos presidenciales fueron mucho menos notorios, y, en ocasiones, casi irrelevantes, para los mercados financieros canadienses.
Un ejemplo, tras el primer debate entre candidatos republicanos, en agosto de 2015, Trump afirmó que el gobierno mexicano mandaba intencionalmente inmigrantes (“los malos”) a Estados Unidos: los mercados financieros mexicanos sufrieron las consecuencias del exabrupto (ver Figura 1).
Asimismo, las bolsas y los tipos de cambio, tanto de Canadá como de México, se vieron muy afectados a finales de 2015 e inicios de 2016, ante la expectativa de que la Fed incrementara las tasas de interés de referencia (ver Figuras 1 y 2). La volatilidad de las variables mexicanas también aumentó desde que Trump tomó la delantera en las primarias republicanas en marzo de 2016 y hasta que fue elegido como candidato republicano a la presidencia. Con todo, el impacto más dramático para los mercados financieros mexicanos se reservó para el día posterior a la elección presidencial y el anuncio del triunfo de Trump, cuando el peso mexicano se depreció de $18.32/USD a $20.57/USD, aproximadamente 12% en solo unas cuantas horas.
La observación de estas correlaciones nos impelió a investigar el fenómeno, planteando como hipótesis principal que la bolsa mexicana y el tipo de cambio peso/dólar se vieron significativamente más afectados por las noticias del proceso electoral de EE.UU que la bolsa canadiense y el tipo de cambio dólar canadiense/dólar estadounidense. Probamos la hipótesis utilizando mediciones de la evolución de las preferencias de los votantes estadounidenses.
La medida generalmente aceptada de la probabilidad subjetiva del resultado de unas elecciones son las encuestas de opinión. Sin embargo, en tiempos más recientes, los mercados de apuestas (también conocidos como mercados de predicción) están ganando aceptación como fuente confiable del sentimiento del mercado con respecto a la intención de voto.
Para formular nuestra hipótesis en términos econométricos, obtuvimos datos de encuestas de opinión y de precios de los mercados de predicciones desde noviembre de 2014 a noviembre de 2016, de FiveThirtyEight y de Iowa Electronic Markets, respectivamente. Se utilizó la metodología de Vectores Autorregresivos (VAR) y de Vectores de Corrección de Errores (VECM) para probar que la información del sentimiento de los votantes es incorporada más rápido que la información de las encuestas, y que la bolsa mexicana y el tipo de cambio peso/dólar fueron altamente sensibles a las noticias de la campaña, en tanto que los mercados canadienses no se vieron afectados más que en forma marginal.
Estos resultados son teóricamente relevantes desde la perspectiva de la Hipótesis de los Mercados Eficientes, ya que las variables financieras mexicanas demostraron que esta hipótesis se cumple, aunque sorprendentemente no sucede lo mismo con las variables canadienses. Por lo cual, administradores y gestores de portafolios pueden tomar una posición pasiva cuando incluyan al índice financiero canadiense en sus estrategias de inversión.
La conclusión más relevante de este estudio es que necesitamos fortalecer la economía mexicana para reducir su enorme dependencia de un único socio comercial: los Estados Unidos. Economistas, académicos y autoridades gubernamentales debemos coordinar nuestros esfuerzos y proponer planes estratégicos para lograrlo.