A partir de la última crisis financiera (2008-2009), la preocupación por mantener la disciplina fiscal creció en algunas economías del mundo, sobre todo en países donde las deudas públicas se volvieron insostenibles. En Europa, varias economías recibieron rescates y fueron puestas bajo la lupa de organismos multinacionales para controlar su gasto público. Cuando los gobiernos siguen políticas fiscales insostenibles ponen en peligro los servicios públicos, la seguridad del sistema financiero, y, en última instancia, la solvencia internacional del país y su estabilidad macroeconómica.
Desde entonces, muchas investigaciones se han propuesto evaluar la sustentabilidad de las finanzas públicas, pero mayormente en economías desarrolladas y en el ámbito nacional. Por tanto, existe una laguna de conocimiento con respecto a cómo garantizar la sostenibilidad de la deuda pública de los gobiernos a nivel subnacional, particularmente, en países emergentes.
Con el fin de evaluar las finanzas públicas de las 32 entidades federativas en México, durante los últimos siete años desarrollamos una investigación publicada recientemente en el journal Regional and Federal Studies, coescrita con el Dr. Fausto Hernández, del CIDE, y Ernesto del Castillo, alumno del Doctorado en Ciencias Administrativas de EGADE Business School.
Titulado “The Sustainability of subnational public debt: Evidence from Mexican states”, en este paper analizamos las finanzas públicas de los 32 estados entre 1993 y 2016, midiendo la deuda y superávit fiscal de cada estado, respecto a su PIB. La sostenibilidad fiscal dependerá del tamaño de la proporción de su deuda respecto a su PIB.
Nuestros hallazgos confirman que los estados mexicanos mantienen su sostenibilidad fiscal; sin embargo, han visto sus finanzas deteriorarse en los últimos años como consecuencia de una política fiscal menos estricta. La crisis financiera global golpeó severamente a las finanzas públicas, un efecto que podemos observar claramente desde 2008, aunque no es la primera vez que esto sucede. Recordemos que la devaluación del peso en 1994 y posterior crisis económica de 1995 llevó al rescate de 28 de los 32 estados por parte del gobierno federal.
En 1997, un nuevo marco regulatorio obligó a los estados que quisieran emitir deuda a contar con la evaluación positiva de al menos dos de las agencias crediticias internacionales (Moody’s, Standard and Poor’s o Fitch).
Nuestra investigación mide la deuda de los estados de dos formas diferentes: la ratio entre deuda y PIB y la ratio entre deuda y recursos garantizados (ingresos propios más participaciones federales). Este último indicador lo usan las agencias crediticias para analizar la capacidad de los estados para adquirir deuda adicional y se ha empleado para evaluar la sustentabilidad de la deuda pública subnacional.
Con esta medida se determinó que los estados más endeudados son Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Quintana Roo, con una deuda que supera sus recursos garantizados. Se observa una tendencia de mayor endeudamiento en los estados fronterizos con EE. UU.
Entre 2006 y 2016 ambos indicadores de deuda se duplicaron: la ratio entre deuda y PIB creció de 1.2% a 2.6%, mientras que la ratio entre deuda y recursos garantizados pasó de 24.4% a 48.9%. Entre los estados con la deuda más sostenible destacan Querétaro, Tlaxcala y Campeche.
Por otro lado, hallamos que los estados más pequeños, con mayor apertura financiera y con una economía menos dinámica son los que tienen sus finanzas más severamente comprometidas.
Los resultados de nuestra investigación sugieren que la falta de disciplina fiscal de los gobiernos estatales pone en peligro la sostenibilidad de su deuda en el largo plazo.