El INEGI publicó el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) de los meses de febrero y marzo, donde estima un crecimiento anual de 2.8 y 0.4% anual, respectivamente. En febrero se estima que las actividades secundarias y terciaras hayan crecido 2.5 y 2.1% anual, respectivamente. Asimismo, se espera que en marzo las actividades secundarias hayan aumentado 2.1%, mientras que las actividades terciarias se hayan contraído 0.3% anual.
Con cifras ajustadas por estacionalidad, se estima que la economía haya crecido 0.2% mensual en febrero, seguido de un aumento en marzo de 0.8%. Al interior, INEGI estima en febrero una contracción de 1.1% en el sector secundario y un aumento de 0.7% en las actividades del sector servicios. Para el mes de marzo se espera un aumento de 1.0 y 0.7% mensual en las actividades secundarias y terciarias, respectivamente.
Así, la actividad económica continúa con una recuperación secuencial, si bien a un ritmo moderado. De hecho, el crecimiento estimado para el mes de marzo se estima sea más moderado de lo que se observa en abril. El conflicto geopolítico entre Ucrania y Rusia y el reciente confinamiento de la economía China está perjudicando al precio de ciertas proveedurías a nivel global. Lo anterior esta elevando los precios al consumidor a nivel global. Así, si bien esperamos que continúe el crecimiento en el país, este será a un ritmo mucho más lento a lo esperado. Primero, por el impacto esperado en los cuellos de botella en las proveedurías globales que perjudicará a la industria nacional y una elevada inflación que mermará el poder adquisitivo de las familias. Seguimos esperando un crecimiento de 1.5% este año.
El INEGI publicó los precios al consumidor de la primera quincena de abril donde la inflación general se ubicó en 7.7% anual. A su interior, la inflación subyacente creció 7.2% anual. Cabe destacar, la inflación de las mercancías y de los servicios que se encontraron en 9.1 y 4.9% respectivamente. Por otro lado, la inflación no subyacente mostró un crecimiento de 9.4% anualizado, el cual se explica principalmente, por la inflación de los energéticos y las tarifas de gobierno (5.1%) y los productos agropecuarios (15.2%).
Así, la inflación continúa deteriorándose debido principalmente a choques de oferta exógenos. Primero, por el incremento de los precios de ciertos commodities, sobre todo los agropecuarios, resultado del conflicto armado entre Ucrania y Rusia. Segundo, por el incremento prolongado de los precios de los energéticos ante una creciente demanda de los combustibles fósiles aunado a choques de oferta adversos por problemas geopolíticos. Continuamos esperando que la inflación general termine en 6% anual.
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El autor es profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School.