El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) publicó el indicador del sector manufacturero, el cual se encontró en 51.54 puntos (arriba de 50 puntos significa expansión) en el mes de agosto. Lo anterior representó un crecimiento anual de 5.20%. Al interior, el índice manufacturero ajustado por tamaño de empresa (52.38), nuevos pedidos manufactureros (51.92), producción manufacturera (53.85) e inventarios manufactureros (57.69) se expandieron, en contraste el empleo manufacturero (49.62) y entrega de productos manufactureros (44.62) se contrajeron. En su comparativa anual, se destaca el crecimiento de nuevos productos manufactureros (6.50%) e inventarios manufactureros (11.00%). En contraste, el empleo manufacturero retrocede 1.10% contra año previo.
Por otro lado, el indicador de los servicios también se ubicó en expansión (50.61), lo cual representó un crecimiento anual de 2.80%. Al interior, los nuevos pedidos no manufactureros (51.09), producción no manufacturera (51.22), empleos no manufactureros (50.00), entrega de productos no manufactureros (50.14) se ubicaron también en expansión, por el contrario, el índice no manufacturero ajustado por tamaño de empresa se contrajo (48.96). Respecto a su comparativa anual, solamente nuevos pedidos no manufactureros, producción no manufacturera y empleo no manufacturero presentaron crecimientos positivos (3.50, 3.60 y 5.70% respectivamente)
Con cifras ajustadas por estacionalidad, el indicador del sector manufacturero retrocedió 0.60% en su comparativo mensual y se ubicó en 51.29 puntos. Destacando la desaceleración del índice manufacturero ajustado por tamaño de empresa, nuevos pedidos, empleo y entrega de productos del sector manufacturero (-1.50, -2.30, -1.10 y -5.40 % respectivamente). Por otro lado, el sector de servicios se encontró en expansión (50.14), sin embargo, disminuyó 2.20% contra julio.
Si bien el sector manufacturero y de servicios se mantiene en expansión, se observa una desaceleración secuencial contra el mes de julio. En el sector manufacturero es derivado de la disrupción de las cadenas globales de proveeduría en Asia mientras que en el sector servicios es consecuencia del impacto adverso de la variante Delta en la actividad económica.
Hacia futura, esperamos que ambos indicadores continúen en expansión a la par de la recuperación económica del país.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó el índice de confianza del consumidor al mes de agosto, el cual creció 21.13% anual. Al interior, la situación del hogar en el futuro y la situación de la economía presente crecieron contra el año anterior en 12.36 y 34.42%, respectivamente. Asimismo, la situación de la economía en el futuro y el poder de compra aumentaron contra el año previo (15.36 y 41.39%, respectivamente).
Con cifras ajustadas por estacionalidad, la confianza del consumidor disminuyó 2.74% contra el mes anterior. A su interior, todos los rubros presentaron retrocesos, los que destacan son poder de compra (-5.02%), situación de la economía en el futuro (-3.34%) y situación presente del hogar.
Así, la confianza del consumidor se deterioró para el mes de agosto, donde tanto la situación presente y futuro del hogar y la economía, muestran retrocesos contra el mes previo con cifras ajustadas por estacionalidad. El impacto adverso de la variante Delta del Covid-19 y una inflación elevada están mermando la confianza de los consumidores.
La Secretaria de Hacienda y Crédito Público reportó las finanzas públicas al mes de julio, donde los ingresos públicos aumentaron 14.3% contra el año anterior, acumulando un crecimiento de 8.2% de enero a julio contra año previo. Al interior, los ingresos petroleros aumentaron 59.8% anual, en donde destacan los ingresos del PEMEX con un incremento de 74.7% respecto al año anterior.
Por otro lado, durante enero-julio los ingresos no petroleros aumentaron 2.4% anual debido a un crecimiento en los ingresos tributarios y no tributarios (2.3 y 18.5% respectivamente). A su interior, destaca la caída del ISR en 0.7% y el IEPS en 8.3%. En contraste, el IVA representó una expansión de 12.6%.
Por el lado de los egresos, durante enero-julio el gasto programable aumentó en 4.6% respecto al año anterior. Al interior, el gasto corriente y de capital se incrementaron en 1.6 y 18.1%, respectivamente. Al interior del gasto de capital se observó una contracción en la inversión física (-4.7%). En este mismo contexto, el gasto no programable se contrajo 4.3%. A su interior las participaciones aumentaron 3.8% mientras que el costo financiero decreció en 10.4%.
Así, las finanzas públicas se mantienen estables debido al buen desempeño de los ingresos federales. El reciente incremento en los precios del petróleo está apoyando a las finanzas públicas. Asimismo, las bajas tasas de interés mantienen están reduciendo el costo de deuda del gobierno federal. Sin embargo, es preocupante observar la disminución en los impuestos directos en un año de recuperación económica. Además, las acciones de aumentar la producción de la OPEP provocarán una disminución en los precios del petróleo, lo cual pueden comprometer a los ingresos públicos federales. Sera importante que la nueva reforma fiscal procure estabilizar los ingresos tributarios.
El Banco de México (Banxico) publicó su Informe Trimestral (abril-junio 2021), donde estiman un crecimiento de 6.2% del PIB y una inflación a fin de año de 5.7% anual. En cuanto al escenario macroeconómico previsto por Banxico, se estima un crecimiento del 6.2% para 2021, el cual se puede ubicar dentro de un rango de 5.7%-6.7%. De encontrarse en el nivel superior del intervalo, la economía mexicana estaría recuperándose en el cuatro trimestre del año a niveles 2019. Sin embargo, de encontrarse en el nivel inferior el PIB alcanzaría niveles previos hasta finales del 2022.
Entre los riesgos al alza del crecimiento de la economía está el avance efectivo de las campañas de vacunación que continuará la expectativa de una gradual reactivación económica, en donde se mantiene una mayor movilidad principalmente en el sector servicios. Aunado a los estímulos internacionales y nacionales que ayuden a la confianza del consumidor e inversionistas, así como los estímulos en EUA que incentiven un incremento en la inversión y así apoyen a una mayor demanda externa. Adicionalmente, las condiciones financieras globales se mantengan propicias para una acelerada recuperación económica.
Por otra parte, entre los riesgos a la baja persiste la incertidumbre en torno al incremento de casos por Covid-19, así como un retraso en la producción, distribución o aplicación de las vacunas. Adicionalmente, las disrupciones en las cadenas de suministro han generado escasez de insumos esenciales para algunos sectores de la economía (principalmente el automotriz), las cuales llevan a mayores costos logísticos y de insumos. Aunado a afectaciones en los flujos de financiamiento a causa de episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales como también una recuperación de la inversión menor a lo esperado que afecte lo requerido para apoyar la recuperación frente a la pandemia.
En este mismo contexto, Banxico estima una inflación general para el tercer y cuarto trimestre 2021 y el primer trimestre 2022 sea superior a su objetivo de 3% (5.6, 5.7 y 5.2% respectivamente). Esto principalmente tras presiones en la inflación subyacente durante el mismo periodo (4.7, 5.0 y 5.1% respectivamente). Sin embargo, lo que resta de 2022 e inicios de 2023 comienza a converger hacia su meta de 3%.
Entre los riesgos al alza se encuentran presiones inflacionarias externas tras mayores costos entorno a las materias primas, precios agropecuarios, energéticos, logísticos y problemas en las cadenas de suministros. Así como presiones de costos por la implementación de medidas sanitarias en el país o asociados a las condiciones salariales y de contratación que se traspasen a los precios del consumidor. Asimismo, persistentes presiones de la inflación subyacente, y la depreciación cambiaria a causa de episodios de volatilidad en los mercados financieros.
Entre los riesgos a la baja se encuentran mayores medidas de confinamiento que reduzcan la movilidad, la apreciación del tipo de cambio y menores precios energéticos.
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