Esta semana los comentarios de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, deprimieron a los mercados financieros y apreciaron al dólar contra la mayoría de las monedas globales.
El mensaje de Powell fue agresivo en un contexto donde si bien la inflación va a la baja en ese país, no al ritmo esperado por la mayoría de los miembros de la Reserva Federal. Así, algunos analistas han sugerido que es probable que el próximo ajuste a la tasa de interés de la Fed sea de 50 puntos base (la probabilidad de una subida de 50 pb es de 75 por ciento).
Aunado a ello, los últimos datos de empleos continúan siendo favorables. En enero se crearon 517 mil empleos en EE. UU., la mayoría de ellos del sector manufacturero por el efecto directo del reshoring (empresas que habían salido de EE. UU. y están regresando). El mercado esperaba un aumento de 185 mil empleos.
Asimismo, en enero se observaron 10.8 millones de vacantes laborales versus 5.13 millones de desempleados, es decir, una razón de 1.9 vacantes por desempleado.
Así, un mercado laboral sólido le da las herramientas suficientes a la Fed para ser más agresiva en su postura de política monetaria. La inflación subyacente ligó cuatro meses a la baja pero se ubicó en 5.5 por ciento anual en enero de un nivel de 5.7 por ciento en diciembre. Si bien las expectativas inflacionarias en EE. UU. siguen con una tendencia a la baja, siguen preocupando a la Fed.
La tasa de interés objetivo de la Fed actualmente se ubica en un rango de 4.5 a 4.75 %. Algunos analistas sugieren que la tasa neutral de interés está en 4.5 % por lo que incrementos adicionales a la tasa posicionarían a EE. UU. en una política monetaria restrictiva.
Incluso algunas corredurías y analistas consideran que la tasa de interés de mercado en EE. UU. podría terminar el año en 6 %. Estas consideraciones no son buenas noticias para los mercados financieros ni para la economía real que había empezado el año con el pie derecho. El sector financiero se está recuperando de un año adverso y la economía real sigue creciendo aun con el efecto adverso del incremento en las tasas de interés.
Así, podríamos entrar en un episodio de mayor desaceleración económica y menor liquidez, lo que acrecentaría la probabilidad de que EE. UU. entrase en una recesión hacia finales de 2023.
El autor es profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School.
Publicado originalmente en El Financiero.