La dinámica comercial a nivel mundial ha estado teniendo cambios importantes al pasar de una visión de apertura comercial a una de mayor proteccionismo e, incluso en algunos casos, con características de guerra comercial.
México no ha sido la excepción, ya que desde el arranque de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el ambiente ha sido complicado. Sin embargo, a pesar de que Estados Unidos se ha centrado en un mayor proteccionismo, buscando reducir el déficit comercial mediante mayor acceso y beneficio a sus productos, México siempre se ha mantenido firme teniendo una visión de fortalecer, de forma ordenada, el libre comercio y buscando integrar nuevas oportunidades de negocio.
Bajo este ambiente de negociación, aunque es difícil definir con certeza las perspectivas sobre las conclusiones de las renegociaciones del TLCAN, sí se visualizan tres escenarios con repercusiones distintas.
Primero, se concluye de manera satisfactoria la negociación del TLCAN
y aproximadamente 90 días después pudiera estar firmada. Aquí hay que considerar que los temas pendientes son complicados destacando la cláusula Sunset de terminación del tratado cada cinco años, las reformas para fijar cuotas compensatorias en productos agrícolas, las reglas de origen del sector automotriz y cambios en la resolución de controversias.
Segundo, se decide cancelar el TLCAN. Esto no sería favorable ya que se verían afectados los niveles de inversión extranjera, de empleo e inflación, se tendrían efectos negativos en los ingresos del gobierno incrementando, así, el déficit fiscal y el endeudamiento, poniendo de esta manera en riesgo la calificación de la deuda soberana del país.
Tercero, se realiza un acuerdo bilateral. En este escenario los efectos pudieran ser similares al escenario anterior, pero dependerá del tiempo de duración de las negociaciones del acuerdo y de la autorización por parte del Congreso, ya que estarían iniciando los procesos nuevamente.
Independientemente del escenario que se llegara a presentar, se seguirá comercializando con Estados Unidos, pero en otro ambiente y ya con una visión de mercado más amplia que permita aprovechar también la fortaleza de los distintos tratados comerciales que México tiene con el resto del mundo.
*Por Jorge Enrique Velarde, Director de Programas Académicos de EGADE.
Publicado originalmente en Tec Review.