Recientemente se ha despertado la interrogante sobre el rompimiento del pacto fiscal en 10 entidades federativas del país. El reclamo es claro, de cada peso que aporta el estado, por ejemplo, de Nuevo León, solo recibe alrededor de 28 centavos (incluyendo todas las aportaciones de los diferentes ramos). ¿Podríamos aprender del modelo de federalismo suizo?
En Suiza los estados se llaman cantones, tiene 26, y 2,222 comunas que son soberanos y los cuales forman una confederación representada en el parlamento suizo. El número de asientos en el parlamento es igual para todos los cantones independientemente de su tamaño. Los cantones presumen de un grado alto de autonomía que se les concedió en el siglo trece. Actualmente, Suiza es uno de los países más descentralizados del mundo, sobre todo en materia fiscal.
Mientras los impuestos indirectos son federales, los directos e impuestos especiales son locales y compartidos por los tres órganos de gobierno. Además, cada cantón tiene la facultad de modificarlos lo que genera mayor competitividad entre los cantones, sobre todo para atraer inversión. En el año 2014 el 21 por ciento de los impuestos se fueron a las comunas, el 33 por ciento a los cantones y 46 por ciento a la confederación suiza. La confederación solo tiene ingresos limitados relacionados con el IVA y algunos impuestos federales, pero los montos son aprobados cada 5 años por los cantones.
El mundo está girando hacia modelos menos centralizados. En un estudio reciente de la OCDE se comprobó que los países con mayor nivel de descentralización fueron más exitosos en combatir el Covid-19. La eficiencia en el reparto de los recursos tanto financieros como humanos son mejores cuando son regionales y no nacionales. Lo mismo sucede con la eficiencia en el gasto, transparencia y cobro de impuestos como lo muestra el caso exitoso de Suiza.
Además, las necesidades de cada región son claramente distintas y una política centralizada no resuelve sus problemas. La soberanía fiscal de los cantones suizos es una política exitosa que no solo transparenta el uso del recurso, sino que es más eficiente en el gasto de este. Ejemplo, si pagamos impuestos en Nuevo León sería ideal que la utilización de gran parte de este impuesto se utilizara en el estado donde se pagó proveyendo de más y mejores bienes y servicios. Así, la población se daría cuenta de inmediato del beneficio directo de haber pagado ese impuesto en su localidad.
¿Será el modelo suizo la solución del problema del federalismo fiscal en México?
Publicado originalmente en El Financiero.