Replanteando el federalismo en México

La política económica de una mayor intervención del gobierno no es bien percibida en todos los estados de la República

En teoría los Estados Unidos Mexicanos es una federación con estados o entidades federativas libres y soberanas. Sin embargo, la experiencia real sugiere todo lo contrario. En lugar de estados se percibe un poder central hegemónico y provincias donde los poderes estatales y locales tienen poca maniobra de acción. Lo anterior se está evidenciando en la ejecución de la política pública federal donde la política económica, de salud, de educación, de energía, y principalmente de la recaudación de recursos, se dicta desde la federación.

La política económica de una mayor intervención del gobierno no es bien percibida en todos los estados de la república. De hecho, la política energética, por ejemplo, está perjudicando la detonación de inversión productiva en energías renovables y privadas sobre todo en el norte del país. El norte del país tiene los recursos naturales idóneos para detonar la generación de energía eólica y solar. Desafortunadamente, la política energética limita cada vez más la inversión privada en la misma.

Por otro lado, la política educativa federal propuesta descuida las competencias de los alumnos en favor de un mayor contenido demagógico. Recordemos que en otros países exitosos la educación la imparte los estados o inclusive los municipios. Estas estrategias privilegian otorgar las competencias que realmente se requieren en el estado y la zona geográfica del estado. Asimismo, la falta de inversión federal en el sector salud está provocando una escasez importante de medicinas, sobre todo en el tratamiento del cáncer y vacunación en general. Una mayor autonomía en este sector podría blindar a los estados a este faltante de recursos en un sector que debe ser primordial para la población.

Todo ello se resume en el problema de la recaudación y asignación de recursos. De acuerdo al último paquete económico propuesto por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) casi una cuarta parte de la inversión en infraestructura se dirige a 4 proyectos hegemónicos y que solo impacta favorablemente al centro y sur del país. Estos problemas no son nuevos y se ejemplifican con los problemas de falta de agua en Nuevo León por una persistente caída en inversión hídrica por varias décadas.

Es urgente replantearse el federalismo en el país. Los estados que más aportan recursos a la federación no se benefician del gasto productivo y no solo eso, sino que las politicas federales ahuyentan a la inversión productiva en estos estados. En Texas, la política energética, hídrica y de explotación de recursos naturales, la eduación y hasta cierta autonomía fiscal (impuesto mercantil), le dan mayor competitividad y autonomía para otorgar un mejor nivel de vida a su población.

El autor es profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School.

Publicado originalmente en El Financiero.

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