Prudencia y análisis en las decisiones del nuevo gobierno

Sobre las razones, no estoy convencido de que habilitar el aeropuerto de Santa Lucía, y operar simultáneamente con el aeropuerto actual y el de Toluca, represente un ahorro significativo respecto de la construcción del NAIM.

Mucho se ha comentado sobre la decisión del Presidente electo, en relación a la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), de lo que quisiera resaltar dos cosas: las razones y las consecuencias de la decisión.


Sobre las razones, no estoy convencido de que habilitar el aeropuerto de Santa Lucía, y operar simultáneamente con el aeropuerto actual y el de Toluca, represente un ahorro significativo respecto de la construcción del NAIM.


Otra posibilidad es que la razón fundamental haya sido política, ya que la cancelación del NAIM era una promesa de campaña además de enviar, con la misma decisión, el mensaje de que las cosas se harán de manera diferente en esta administración. No podemos negar que hay muchos intereses creados alrededor de la construcción del NAIM. Reportes técnicos muestran que aeropuertos internacionales, construidos recientemente, con características y capacidades de atención similares a las del NAIM, tuvieron costos de construcción considerablemente menores a éste. De ahí que, tal vez, el mensaje esté dirigido a los empresarios acostumbrados a hacer negocios a través de la política, con todo lo que esto implica.


Independientemente de cuál haya sido la razón para cancelar la construcción del NAIM, es claro que no fue una buena decisión ya que esto ocasionó que Fitch Ratings y otras calificadoras degradaran la calificación crediticia de México, además de ocasionar que inversionistas de cartera vendieran sus títulos, lo que provocó una caída del IPC de casi 4 por ciento en un día y un impacto significativo en el tipo de cambio.


Cabe mencionar que la decisión tomada manda una señal de incertidumbre y de falta de confianza sobre el cumplimiento de los acuerdos de inversión. Esto podría provocar una disminución en la Inversión Extranjera Directa (IED) y en la Inversión Fija Bruta (IFB), lo cual podría impactar negativamente en el crecimiento de México, que en los últimos años ha sido muy modesto.


Dos días después del anuncio de la decisión, inversionistas institucionales, nacionales y extranjeros (Afores, Aseguradoras, Fondos de Pensiones y Fondos de Capital Privado), cerraron sus posiciones en bonos del gobierno de México, lo que ocasionó que el peso se depreciara. Sin bien, esto pudiera beneficiar a los exportadores no podemos dejar de lado la inminente inflación que esta decisión podría detonar.


Posiblemente, ante la depreciación del peso, el Banco de México opte por elevar la tasa de referencia lo que también podría provocar una mayor inflación y un estancamiento de la economía al tener costos de financiamiento, para detonar proyectos productivos, más altos.
A los pocos días de que se informara la decisión de cancelar la construcción del NAIM pensé que la depreciación del peso, como consecuencia de la salida de capitales extranjeros y la afectación en la IED e IFB, pudiera ser algo temporal y que, con sus futuras acciones, el nuevo gobierno podría restaurar la confianza en los inversionistas. Sin embargo, las declaraciones hechas por el presidente del senado, sobre analizar la posibilidad de disminuir y eliminar algunas comisiones bancarias, sin considerar las posibles repercusiones en los mercados financieros, me hace dudar que las consecuencias mencionadas sean temporales.


Quisiera precisar que no estoy en contra de analizar el tema de las altas comisiones bancarias que tenemos en el país. Al contrario, en virtud del nivel tan alto que, por este concepto, cobran los bancos extranjeros que operan en México (comparado con el de sus países de origen), es algo que se tiene que revisar. Sin duda esto tiene que ver con el nivel de riesgo de cada país, asociado al comportamiento de los usuarios de los servicios bancarios y financieros, por lo que el tema se tiene que analizar considerando todas las aristas. Con lo que no estoy de acuerdo es con el hecho de que funcionarios públicos hagan declaraciones irresponsables sin anticipar sus posibles consecuencias en la economía del país.


Si el nuevo gobierno desea recuperar la confianza de los inversionistas, nacionales y extranjeros, la prudencia y el análisis deberán estar presentes en cada decisión a tomar ya que necesitaremos de esos recursos para detonar los proyectos productivos contemplados en el Proyecto de Nación 2018-2024.


Publicado originalmente en El Financiero

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