Al inicio de cada año desfilan en el mundo económico multitud de informes y reportes sobre posibles escenarios, pronósticos, retos, riesgos y oportunidades que gobiernos, empresas y personas deben tener a bien considerar.
Por un lado, los informes publicados por organismos internacionales y nacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o los bancos centrales, proveen estimaciones de crecimiento macroeconómicas. Mientras que empresas y medios especializados, como KPMG o The Economist Intelligence Unit, analizan retos y riesgos globales y regionales, índices y las megatendencias subyacentes.
Si bien es de esperarse que las empresas tengan definidas sus estrategias de competitividad de largo, mediano y corto plazo, deberán necesariamente llevar a cabo un profundo análisis del entorno externo e interno para evaluar la pertinencia y actualidad de estas estrategias. Sin embargo, ante el alud de información han de tener muy claro los fundamentos de la estrategia y su flexibilidad para cambiar de rumbo y corregir cuando sea necesario. ¿A qué me refiero?
- Análisis e interpretación. La organización debe ser capaz de discernir qué información es relevante y cómo puede impactar a los mercados. ¿Cuáles son los mecanismos directos e indirectos y el tiempo en que las estimaciones de producción, precios, tasas de interés o tipo de cambio, pueden afectar al país, sector, industria o a la empresa, sus competidores y clientes? Y, en consecuencia, ¿cómo replanteo mi estrategia financiera o de mercadotecnia?
- Redefinición. Ser capaces de prever el impacto de los diferentes riesgos globales y nacionales. Por ejemplo, en el caso de México, el reporte anual de Eurasia Group Top Risks 2018 ubica al país como cuarto riesgo global de diez. Ante esto, los directivos deberán tener la capacidad de replantear los diferentes puntos de valor agregado de sus cadenas productivas para identificar cuál de ellos podrá verse afectado por la eventualidad de un cambio de contenidos o reglas de origen, y, por tanto, también replantear la cadena de suministro ante los cambios que puedan surgir en la renegociación del Tratado de Libre Comercio.
- Reacción. En varios países de América Latina se celebrarán elecciones. Es necesario examinar los planteamientos de los diferentes partidos políticos, analizando las posibilidades de cambio en el rumbo económico del país.
- Innovación. Las empresas deberán tener muy claros los fundamentos que rigen su estrategia competitiva ante la inminente transformación digital y la expansión y absorción de las nuevas tecnologías, pues éstas deberán ser un medio y no necesariamente un fin en sí mismo (a menos que sea una empresa de desarrollo de tecnología).
Para enfrentarse a un futuro incierto las empresas necesitan identificar estrategias y herramientas. Dada la volatilidad internacional, será particularmente relevante este año la estrategia en relación al capital humano ante un entorno adverso y cambiante.