Marcaje personal a la Fed

Es claro que la Fed comenzará a subir la tasa en marzo, como ya incluso lo ha anticipado la misma Reserva Federal

Esta semana la junta de gobierno del Banco de México se reunirá para decidir sobre la postura de política económica de la institución. Existe un amplio consenso que la decisión resultará en un aumento de la tasa de interés, sin embargo, no existe unanimidad en el monto. La mayoría de los analistas sugieren que Banxico la elevará en 25 puntos base. Una minoría indica que será de 50 puntos base.

La inflación en enero se ubicó en 7.07 por ciento anual, una moderación de la inflación observada en diciembre. No obstante, los precios del sub-componente subyacente continuó al alza ubicándose en 6.21 por ciento impulsados por los precios de las mercancías (7.86 por ciento). Estos niveles elevados de los precios, sobre todo evidenciados por una inflación subyacente que continúa al alza, abren la puerta a que Banxico suba la tasa de interés esta semana.

La mayoría de los países emergentes ya han comenzado el ciclo de alza de tasas en anticipación de una postura monetaria más restrictiva de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Solamente los discursos de Powell en enero provocaron una fuerte apreciación del dólar y por consecuencia la desvalorización de las monedas emergentes. Así, los Bancos Centrales de Brasil y Chile, por ejemplo, decidieron subir las tasas de referencia por encima de lo anticipado. Creo que el Banco de México debería hacer lo mismo.

Es claro que la Fed comenzará a subir la tasa en marzo, como ya incluso lo ha anticipado la misma Reserva Federal. Lo anterior provocará una fuerte reasignación de recursos financieros de activos variables hacia renta fija, sobre todo estadounidense que comenzará a pagar más intereses. A nivel global se observarán salidas de capitales países emergentes hacia EUA. Si, por ejemplo, México decide elevar la tasa en una menor proporción que el Fed, resultaría en una ampliación en el diferencial de tasas entre ambos países. Este efecto depreciaría al peso y por ende, deterioraría las expectativas inflacionarias en el mediano plazo.

Si esto sucede, es decir, que Banxico suba la tasa de interés en menor proporción que el Fed, la respuesta en la siguiente reunión de la junta de gobierno del Banxico debería ser más agresiva perdiendo balas muy necesarias con las que cuenta hoy en día. Así, creo que la decisión correcta es que Banxico suba la tasa de interés objetivo en 50 puntos base para mandar un mensaje muy claro de un combate frontal a la inflación. Será muy interesante observar la postura de política monetaria de la nueva gobernadora quien puede ser la clave para la decisión de un aumento de 25 o 50 puntos base.

El autor es profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School.

Publicado originalmente en El Financiero.

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