Tras dos largos años de inmersión en ambientes digitales, finalmente estamos en posición de regresar a la presencialidad. La emoción del reencuentro con nuestros colegas en nuestra oficina, aquellos con quienes convivimos exclusivamente a través de las pantallas de Zoom o Teams, nos revela una fuerte realidad: la pandemia de COVID-19 ha transformado las creencias y expectativas de lo que debe ser el trabajo y, como consecuencia, la mayoría de los empleados esperan una mayor flexibilidad sobre dónde y cuándo realizan sus tareas, esto es, combinación de trabajo presencial y remoto –o esquema de trabajo híbrido—.
Esta revelación sobre la nueva realidad del trabajo nos confirma que, al menos a corto plazo, los acuerdos de trabajo híbridos van a ser la norma para muchas organizaciones. En su quinto informe anual sobre el estado del trabajo remoto, publicado a finales del 2021, Owl Labs’ y Global Workplace Analytics indican que el 75% de los trabajadores prefiere un lugar de trabajo remoto o híbrido después de la pandemia. Adicionalmente, los datos revelan que el 82% de los trabajadores estadounidenses opina que el trabajo híbrido o remoto mejora la salud mental. Otros estudios apuntan a conclusiones similares: lo híbrido es el futuro del trabajo. El tema de este año ya no será adaptarse al trabajo remoto, sino al trabajo híbrido y definir lo que eso significa para los equipos.
A pesar de que muchas empresas y empleados están entusiasmados con este esquema de trabajo híbrido, muchas organizaciones aún se resisten a implementarlos. Para explicar esta resistencia, el psicólogo organizacional. Tomás Chamorro-Premuzic esgrime cuatro las razones principales por las que hay líderes que no aceptan el enfoque híbrido: la primera es la natural resistencia al cambio; la segunda, la falta de confianza de los líderes en sus colaboradores y empleados; la tercera, que muchos líderes encuentran dificultad para medir claramente el desempeño de sus colaboradores y empleados; y la cuarta, que lo híbrido aumenta la complejidad, y la complejidad es un dolor.
En mi opinión, para vencer esta resistencia y lograr un liderazgo eficaz de un equipo de trabajo híbrido los líderes deben seguir tres pasos que permitirán crear un entorno que funcione para todos:
Estos dos años de vivir y trabajar han dejado como aprendizaje para los líderes que podemos ser más flexibles, que no es necesario reunirnos todos los días en el lugar de trabajo para ser productivos, pero también, que seguimos valorando la experiencia de estar físicamente juntos, y que, como líderes, tenemos la gran responsabilidad de construir esquemas de trabajo híbridos que fomenten la productividad y la armonía.
El autor es director del Departamento de Estrategia y Liderazgo EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en Revista NEO.