Claudia Sheinbaum Pardo tomó posesión esta semana como presidenta de México. En su discurso elogió las políticas públicas de la administración anterior y expuso que continuaría impulsando la llamada cuarta transformación en el país.
Es decir, se continuará expandiendo la política social de asistencialismo y la estatización de la economía. La administración de López Obrador deja la peor tasa de crecimiento económico en 36 años y una caída real en el PIB per cápita o riqueza de las familias.
El gabinete de Sheinbaum parece en papel más técnico y preparado que el de AMLO. Sin embargo, los retos que enfrenta su administración serán monumentales y requieren del apoyo del congreso de la unión (que tiene mayoría Morena pero leal a AMLO).
Entre los principales retos de Sheinbaum está el disminuir el déficit fiscal que se duplicó este año a 5 por ciento del PIB. El incremento en el gasto social y en proyectos de infraestructura en un año electoral explican este aumento.
Para 2025, se contempla reducir el déficit, pero será difícil sin una reforma fiscal que contemple elevar los ingresos públicos. Sheinbaum ha mencionado que no planea subir los impuestos. Parece que un recorte en el gasto público de gran magnitud no podrá reducir el déficit fiscal como se espera.
Un déficit elevado en 2025 podría obligar a las principales calificadoras a recortar la calificación crediticia del país que podría provocar la pérdida del grado de inversión. Este acontecimiento impulsaría una salida masiva de capitales.
Por otro lado, los principales organismos internacionales han reducido las expectativas de crecimiento del país en el mediano plazo. La reforma judicial, menores niveles de productividad y menor gasto en infraestructura, están detrás de estas decisiones.
Sheinbaum debe recuperar el nivel educativo que ha ido en caída libre. La educación debe estar basada en competencias que eleven la productividad laboral.
En materia de generación de energía, el país ha reducido su inversión en energías renovables. Sheinbaum deberá retoma el rumbo de las energías verdes que son hasta tres veces más baratas y pueden compensar la caída en la generación de electricidad.
Por último, deberá refrendar la importancia del Tratado de Libre Comercio con EE. UU. y Canadá, que ha transformado al país y sigue siendo el principal motor de crecimiento de la economía. Además, debe respetar la autonomía de las pocas, pero muy importantes instituciones públicas, que quedan en el país como el Banco de México.
Así, Claudia Sheinbaum tiene muchos retos económicos a futuro que marcarán el rumbo del país. AMLO le dejó una economía que está muy endeble y que requiere de mucho esfuerzo para enderezarla. Veremos si Sheinbaum se distancia de las políticas que han mermado el crecimiento y desarrollo económicos del país.
El autor es profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en El Financiero.