Cuando pensamos en el concepto de negocios conscientes se nos vienen muchas cosas a la cabeza, pero, sin duda, temas como la sostenibilidad, la ética y la responsabilidad social son los primeros en hacerse presentes.
En este momento, en que el mundo se encuentra en un proceso de transición con desafíos sociales y ambientales tan importantes, parece que la integración de estos conceptos junto con un propósito superior, cultura y liderazgo conscientes, y los grupos de interés son las bases de este concepto.
Pero, la pregunta real es ¿por qué son tan importantes los negocios conscientes hoy en día?
Habría muchas respuestas posibles para esta interrogante, sin embargo, creo que, inicialmente, es una manera de visualizar al mundo de los negocios, por primera vez, a través de la generación de un impacto positivo, más allá de las ganancias.
Es una corriente de pensamiento que nos da las herramientas para transformar el mundo hacia un futuro más sostenible, equitativo y justo. Convertirse en un negocio consciente ya no es sólo una opción, sino una necesidad. En un mundo cada vez más consciente de los desafíos sociales y ambientales, las empresas que no adopten este enfoque se quedarán atrás.
No podemos seguir funcionando sin asumir los costos y el impacto al planeta que genera nuestra existencia, por lo que el hecho de adoptar prácticas sostenibles para reducir la huella ambiental es mandatorio; si queremos seguir viviendo, no podemos seguir encasillados en tomar consciencia, necesitamos tomar acciones concretas para detener este destrozo.
Debemos favorecer la producción y el consumo de productos ecológicos, apoyar todas las iniciativas de la conservación y protección de ecosistemas, y trabajar en pro de la biodiversidad, además de adentrarnos en la educación para buscar la transformación de los problemas desde la raíz y así construir una cultura más consciente.
Afortunadamente, las nuevas generaciones están más integradas a este concepto. Por eso, cada vez son más exigentes y sólo buscan consumir productos y servicios de empresas con las que comparten sus valores y que apuestan hacia un impacto positivo.
Los nuevos profesionales buscan trabajar en empresas con las cuales se sientan identificados y el hecho de ver más allá de las ganancias es un elemento reiterativo dentro de su narrativa. Lo que se ha vuelto un elemento diferenciador para las empresas, o una ventaja competitiva, es modificar su modelo tradicional hacia uno más sostenible y responsable, que se fundamente en la transparencia, responsabilidad social y confianza, así como detonar acciones que les ayuden a fortalecer su reputación de marca.
Por otro lado, las empresas, más allá de crear empleos dignos, deben apoyar el desarrollo local, invertir en iniciativas que mejoren la salud, educación y el progreso de las comunidades, así como promover y respetar los derechos humanos y la inclusión.
Impulsar la innovación es clave para las empresas, aunque estos no son cambios de un día, sino un viaje continuo, que exige de altos niveles de adaptación y flexibilidad, que a la larga los llevarán al éxito a largo plazo.
Los beneficios pueden ser muchos, desde mayor rentabilidad y reducción de costos hasta obtener mayor lealtad de los clientes, pero quizás el mejor de todos es la construcción de ambientes laborales más motivados y comprometidos que, a la larga, son más productivos y felices.
Este último aspecto es fundamental en un momento donde todavía estamos lidiando con los costos emocionales que nos dejó la pandemia, ya que la crisis de salud mental que vivimos obliga a las empresas cambiar la forma de abordar ciertos temas con su fuerza laboral y empezar a construir estrategias hacia el bienestar socio emocional de sus trabajadores.
Si bien es cierto que apenas estamos transitando el camino del cambio de paradigma, es gratificante ver que ya hay gente que está trabajando de lleno en estos cambios y son ejemplos de que sí se puede ver más allá de las ganancias, al tiempo que se procura el bienestar de los colaboradores.
Cierro este escrito tomando una de las ideas de Rajendra Sisodia: lo más importante y a dónde debemos orientar nuestros esfuerzos es hacia la creación de un mundo en el que todos importen.
La autora es profesora de la Escuela de Negocios en el Departamento de Gestión y Liderazgo. Además, es Profesora Adscrita al Centro de Empresas Conscientes del Tecnológico de Monterrey.
Artículo publicado originalmente en El Financiero.