La recesión que nunca llegó

Parece que estas predicciones no se cumplirán

Desde hace una par de años, cuando comenzó el ciclo de alza de tasas en los Estados Unidos (EE. UU.), se empezó a considerar una posible recesión económica en el futuro resultado de la contracción de la demanda agregada debido al encarecimiento del dinero. 

Conforme se ajustaba la tasa de interés al alza la probabilidad de una recesión se elevaba aún más. Apenas hace unos meses algunos bancos y corredurías colocaban en cerca de 100 por ciento la probabilidad de una recesión en EE. UU.. Parece que estas predicciones no se cumplirán.

Goldman Sachs publicó recientemente que la probabilidad de una recesión en EE. UU. había caído de 25 a 20 por ciento. La economía de EE. UU. se mantiene resiliente ante la reestricción monetaria global y continúa generando empleos. Si bien algunos empleos se han perdido, sobre todo en el sector de los servicios, en el agregado mantienen una tendencia al alza debido al reshoring

Los empleos del sector manufacturero han revitalizado a ese sector y es el resultado de empresas que han migrado de Asia, sobre todo de China, hacia EE. UU.. Un factor adicional que está contribuyendo a que la economía de EE. UU. mantenga un dinamismo favorable es la sólida inversión en infraestructura. Las externalidades positivas en el sector de la construcción son evidentes.

Si bien los últimos datos macroeconómicos sugieren una ralentización de la actividad económica en EE. UU. es muy probable que se cumpla el deseo de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, de tener un soft landing. Es decir, que la economía termine el año sin recesión y creciendo, en un entorno de una contraccion en la liquidez y la oferta monetaria este año. En el primer trimestre del año el crecimiento de la economía se revisó al alza de 1.3 a 2 por ciento anual.

Sin embargo, es evidente que estamos experimentando un menor dinamismo económico en EE. UU. que probablemente resultará un una tasa de crecimiento menor en 2024. Recordemos que la Fed ha mencioando que si bien la tasa de inflación tiene una clara tendencia a la baja, la inflación subyacente se ubica en niveles muy elevados. Esto implica que lejos de considerar comenzar a reducir la tasa de interés, es probable que la Fed la mantenga en niveles altos o incluso la incremente una o dos veces más.

Las buenas noticias en el futuro es que se espera que la inflación en EE. UU. converja a su meta hacia finales de 2024, con lo cual esperaríamos que la Fed reduzca su tasa de interés a lo largo de ese año. Esto deberá impulsar gradualmente al consumo y la inversión productiva.

El autor es profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School.

Publicado originalmente en El Financiero.

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